Un profesor de un colegio privado de la ciudad de Bialystok, en Polonia, planteó en un examen de física un problema en el que había que hallar cuántos de los refugiados sirios que iban en una balsa hacia Grecia había que tirar al mar para que no se hundieran.
El hecho habría pasado inadvertido de no ser por la denuncia puesta por la madre de un alumno al ver el examen en el cuaderno, cuando su hijo le pidió ayuda para resolverlo. La mujer, al comprobar el contenido claramente xenófobo del enunciado, especialmente insultante en medio de la crisis de los refugiados, fue la única que denunció al profesor ante la dirección del centro.
El enunciado del problema decía: “Cuatro refugiados huyen de Siria a Grecia en una balsa. La balsa La balsa mide 1m x 2m x 20cm, y tiene una capacida de carga de 800 kg por metro cúbico. Calcula a cuántos refugiados hay que tirar al agua para que la balsa llegue a la orilla, partiendo de que cada refugiado pesa 60 kg”.
Tras el escándalo generado en las redes sociales y la publicación del examen en medios de comunicación no adictos al Gobierno polaco, el colegio se limitó a amonestar al profesor, Grzegorz Nowik, que pidió perdón, alegando que “fue algo espontáneo, sólo quería despertar el interés de mis alumnos”.
Tras la vuelta al poder del partido ultranacionalista y católico Ley y Justicia, Polonia vive unos tiempos de manifestaciones profundamente nacionalistas y xenófobas contra los refugiados que huyen de la muerte de países en guerra, como Siria.
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