sábado, 17 de octubre de 2015

CAMERÚN: NUEVO OBJETIVO DE LA AVIDEZ PETRÓFAGA DE E.E.U.U.




"Petrofagia": Avidez de petróleo que lleva a los halcones de la guerra a invadir con excusas humanitarias los países ricos en dicha materia prima con el fin de robársela. Es la explicación de guerras como la de Iraq, Libia o Siria (siendo la "drogofagia" la explicación a la de Afganistán).

 


Las tropas U.S.A., carne de cañón de conflictos hipócritas
El más reciente ejemplo de esta forma de voracidad que dirige la política geoestratégica norteamericana es la orden impartida por el presidente Obama de invadir Camerún. Por supuesto, la justificación "humanitaria" no puede faltar (queda feo reconocer que se ocupa un país para saquearlo), por lo que el Premio Nobel de la Paz preventivo ha asumido las prerrogativas que le concede el Acta de Poderes de Guerra ordenando desplegar tropas en aquel país africano "para combatir el terrorismo islámico del grupo Boko Haram". Lo singular es que el ministro de exteriores ruso, Medvedev, ha ofrecido la colaboración rusa -cuya efectividad ha quedado sobradamente demostrada en Siria- para combatir a dicho terrorismo, ofrecimiento que ha caído en saco roto.






Y el perfecto "caballo de Troya" para el saqueo norteamericano
Es evidente que, una vez más, E.E.U.U. ha creado a un enemigo artificial que le otorga la excusa para ejercer una nueva rapiña contra un país del tercer mundo al que quiere despojar de sus recursos naturales con absoluta impunidad. Además, al hacerlo se ataca directamente los intereses chinos en Africa, puesto que el gigante asiático es hoy el segundo mayor importador del petróleo centroafricano. Dicha provocación se une al envío de buques de guerra estadounidenses a aguas territoriales chinas en lo que podría ser el detonante de un conflicto de consecuencias incalculables.




¿Es este el verdadero rostro de Obama? Un diplomático de la U.E. afirma que es un demente


 Por cierto que la escalada militarista emprendida por el presidente Obama ha llevado a diversas voces diplomáticas a dudar en voz alta de su estado mental, sugiriendo que solo su destitución puede aliviar la tensión prebélica que sus últimas decisiones han desencadenado.
















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