Para mantener el interés del espectador, los programas de debate político han aprendido de resortes que venían utilizando los shows con alto voltaje en contenidos rosas. De hecho, La Sexta Noche ha contado con directores con amplia experiencia en espacios del denominado “corazón”, como Sandra Fernández (fue directora de Salsa Rosa).
Porque las grandes cadenas se han
percatado de que la política puede ser un gran espectáculo que, para
triunfar en la tele, mejor si cuenta con 7 pilares del éxito que también
son un as en la manga de Sálvame en sus múltiples versiones (Deluxe, Naranja, Kids, Limón).
1. Colaboradores habituales y reconocibles
Kiko Hernández o Belén Esteban.
Marhuenda o Eduardo Inda. El programa se construye con colaboradores
estrella, que son muy identificables para el espectador. Despiertan
simpatías u odios en la audiencia, consiguen que el público tome partido.
Son más que contertulios, se han transformado en personajes televisivos
para ensalzar o demonizar desde el sofá de casa. Y en ese sentido,
siempre existe una parte de los seguidores de cada formato que esperan
con ansias qué van a opinar de los temas candentes. Compartan o no sus
opiniones.
2. Cebos intensos y constantes
Los dos formatos televisivos caen en el vicio de ir salpicando cada emisión con pequeños vídeos (o grafismos) que adelantan con una importante carga dramática los temas que están por llegar. En este programas queda poco hueco para la sorpresa, todo se va anunciando. Incluso en La Sexta Noche
se incorporan imágenes de los contenidos a tratar en la cabecera de
arranque. Todo con mucho ritmo y sin miedo a las músicas de fondo, que
generan más emoción y expectativa.
3. Presentador irónico
A simple vista, Jorge Javier Vázquez e
Iñaki López poco o nada se parecen. Aunque, en los dos programas, ambos
están de pie, proyectando un mayor dinamismo y capacidad de reacción en
el público. No son parte del decorado, se mojan cuando procede y, si el
momento lo merece, saben quitar hierro a cualquier trascendencia con sus reflejos para la ironía.
Así, despiertan más proximidad y cercanía en un espectador que agradece
que la intensidad del debate coja aire y respire, sobre todo en el
análisis de la complicada actualidad o, en su defecto, en los delirios
de los personajes del cuore.
4. La duración telemaratón
La Sexta Noche y Sálvame
podrían competir al título del programa más largo que se sustenta sólo
en entrevistas y debates. La dictadura del share propicia esta duración
hasta altas horas de la madrugada, pues sus más de cuatro horas en emisión transforma estos dos formatos en más competitivos en la batalla de las audiencias.
Tanto el de La Sexta como el de Telecinco consiguen el equilibrio de
interesar y entretener con casi cinco horas de telemaratón.
5. Público sonámbulo
Y claro, en ese telemaratón, el público
pasa de estar entregado a pegar alguna cabezada. Se nota en los dos
espacios. En determinados momentos, las gradas incluso aplauden con
automatismo. Por suerte, las personas que acuden a La Sexta Noche están entre tinieblas, poco iluminadas para que sus siluetas produzcan profundad y movilidaden los fondos de los planos de los invitados pero sin molestar más de la cuenta. Mejor…
6. Generadores de contenidos para la cadena
La Sexta Noche y Sálvame
son contenedores con una gran virtud: gestan contenidos para otros
espacios de la parrilla. Un canal en la vertiente del reality del
cotilleo, otro en la batalla de la realidad política. La Sexta Nocheno cuenta con polígrafo pero sí con periodistas incisivos, que saben preguntar y repreguntar (a los políticos que se dejan, claro):
7. El show de la actualidad
El corazón y la política son dos universos diferentes, pero con un mismoepicentro: la emoción.
Con los trucos y tretas del show televisivo, ambos formatos cuentan
historias apasionadas que enganchan a millones de espectadores. Algunas
cruciales para el futuro del país, otras simplemente claves para la
evasión de una España que sigue siendo muy folclórica, en corazón… y política.
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