martes, 28 de julio de 2015

El Partido Popular está indignado



El PP está indignado, ¿qué tendrá el PP? Mala suerte. Le ha ido cayendo gente corrupta sin saber ni cómo ni por qué. Ha estado lloviendo corrupción y, ¡qué mala suerte!, ha caído casi toda en Génova.
Ellos que siempre se han preocupado en tener sus cuentas en orden. Que siempre han pagado todo a Hacienda, que jamás han dado contratos a cuenta de donaciones que han recibido por amor. Ellos tan puros y tan dignos se han visto rodeados, de la noche a la mañana, de presuntos delincuentes sin que pudieran evitarlo.


Y además estos elementos deshonestos han conseguido un efecto viral, cual gripe aviar, de tal forma que tanto el PP nacional, como el de Madrid o el de Valencia se han visto infectados sin comerlo ni beberlo. Ellos que siempre han sido decentes, se han visto acorralados y en una emboscada injusta.
Que si Gürtel, que si Púnica y todas las demás. Que si Bárcenas, que si Granados, que si Fabra, que si Castedo, gente que se ha aprovechado del partido de sus amores, y todo ello sin que lo supieran los máximos responsables.


Así, Bárcenas, después de treinta años con los Populares en puestos de alta responsabilidad, resulta que fue quien montó una trama que le ha hecho multimillonario sin que sus respectivos jefes lo supieran. Así, ni Acebes, ni Arenas, ni Aznar, ni Rajoy, ni Cospedal, ni ningún otro jerifalte sabían nada. A todos les ha sorprendido este tipejo,


Y aunque es difícil de creer, Bárcenas engañó a todos, que recibían sobres pensando que eran del Espíritu Santo y resulta que provenían de ingresos “atípicos” no declarados del Partido, y de las que el susodicho se llevaba un gran bocado.


El PP y la corrupción
Sin embargo, el bueno de Rajoy trato de ayudarlo y, sin tener nada que ver, sin haber sabido nada de esta indecencia, le mando un SMS invitándole a “ser fuerte”. Un gran corazón el de D. Mariano, que después de haberle estado engañando años, le desea fortaleza en momentos duros. Quizá fuera por esa obra de caridad, que hizo el gran Bárcenas, al pagar las obras de Génova de su propio bolsillo. ¡Ambos: Gente encantadora!
Y qué decir de Madrid, donde a los solemnes imputados de la Gürtel y la Púnica se ha unido Salvador Victoria, el segundo del expresidente González, y unos cuantos alcaldes peperos más. Eso sí, sin que la pobre Esperancita se enterara y sin que nadie le dijera nada.


No me dirán que no les da pena esta pobrecilla –no me extraña que luego la pague con los agentes de tráfico—, que ha tenido comiendo en su mesa, lamiéndola la epidermis y sobándole la chepa a lo crème de la crème de la corrupción madrileña. Y ella tan limpia, tan honesta, tan engañada, tan indignada. ¡No hay más que verla!


Además, han demostrado actuar en consecuencia. Así, el diputado de Madrid, Borja Sarasola dimitió de su cargo por haber sido imputado por la Púnica. Y ahora le han nombrado presidente de la comisión electoral de Madrid, sustituyendo en ese cargo a Salvador Victoria, el que fue número dos de Ignacio Gonzáles, y hoy también imputado en la Púnica. ¿Es o no es mala suerte? Los jueces la tienen tomada con el partido.



Está claro que el Partido Popular tiene motivos para estar indignado. Así lo ha declarado el nuevo hombre de comunicación de Génova, Pablo Casado, que con cara triste, gris y con pena lo declaraba a la opinión pública: “Estamos indignados”. Y es lógico, después de ver la canallada que han sufrido (y siguen sufriendo) de su propia gente, sin que ellos supieran nada.


Sin embargo, corren por ahí voces que dicen que la indignación no es con sus corruptos, que al fin y al cabo son “sus propios corruptos, su gente”, sino con los medios de comunicación que de forma indiscriminada cuentan y exageran las noticias, con los jueces que se toman en serio estas chiquilladas, y con los ciudadanos, incapaces de comprender que todo lo hacen por el bien de España, ¡como debe ser!  Ellos sólo se hacen diputados para tocarse los cojones, y si pueden…


Salud y República


 





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