Todos los partidos políticos menos el Partido Popular, que pactaría
hasta con el diablo con tal de seguir ostentado aunque sea una mínima
cuota de poder, dejaron muy claro y de forma repetitiva las condiciones
que exigirían para dar su apoyo a otras formaciones en esta feria en que
se está convirtiendo la constitución de los gobiernos en ayuntamientos y
comunidades autónomas. Todos y cada uno de los partidos que han
conseguido representación ya definieron antes del 24 de mayo cuales iban
a ser las líneas rojas de cada uno, por tanto el proceso debería ser
sencillo y rápido, sin embargo ahora toman protagonismo los matices.
Dejando a un lado los matices y otras gaitas lo cierto es que en España
las elecciones las ha ganado la izquierda, el hecho de que lo haya hecho
bajo diversas siglas no cambia el resultado, lo de la lista más votada
me parece una cosa de críos, más aún si tenemos en cuenta nuestro
sistema electoral.
Ya debería estar asumido por todos que en España no existe ningún
partido que pueda identificarse con el centro politico. Por otro lado
eso del centro-derecha, centro-izquierda me parece una chorrada
monumental. Aquellos ciudadanos que se mantienen en una posición
centrista están sencillamente huérfanos, no tienen quién les represente.
Eso de "no somos ni de izquierdas ni derechas" tampoco cuela, y además
aquellos que así lo manifiestan, (Podemos y Ciudadanos), deberían
pensárselo dos veces antes de seguir afirmándolo. Basta recordar lo que
José Antonio Primo de Rivera contestaba al periodista de "Blanco y
Negro" Ortega Lisson el 25 de diciembre de 1935, al ser preguntado sobre
su programa para las elecciones de 1936:
"La Falange aún no ha adoptado una actitud definitiva ante las próximas elecciones. Desde luego, no se alineará con alguna alianza que se constituya con un sentido de "unión de derechas". La Falange no es un partido de derechas, como tampoco lo es de izquierdas. Entiende que estos valores de derechas e izquierdas están caducados, por descansar sobre concepciones laterales, incompletas de lo que es España"
Vamos que José Antonio camuflaba su totalitarismo fascista bajo un
paraguas centrista, mientras que ya en esas fechas (diciembre de 1935)
vaticinaba que "la suerte de España se decidirá entre la revolución marxista y la revolución nacional" y de paso se autoproclamaba como abanderado de la "nueva política"
salvadora de España. Insisto, mejor sería que Pablo Iglesias y Albert
Rivera dejaran de situarse en la falsa ambigüedad joseantoniana. Cada
mochuelo a su olivo. En el caso de Ciudadanos, de Albert Rivera, las
similitudes con el pensamiento de José Antonio son abrumadoras y esta
claro, meridianamente claro, que su olivo está ya crecido y está
demasiado cerca de la calle Génova.
Tanto la derecha como la izquierda tienen miedo a que su verdadera
ideología quede al desnudo, temen el rechazo en las urnas por parte de
aquellos que carecen de una ideología definida, que prefieren vivir en
una utópica pero cómoda equidistancia. Ahora que tan de moda está la
transparencia bueno sería que todos los partidos politicos se definieran
sin eufemismos, sin duda ayudaría y mucho a los electores a la hora de
decidir su voto.
El Partido Popular es un partido netamente de derechas, nada de eso de
centro-derecha que sus dirigentes afirman que es. Católico, monárquico y
defensor del franquismo que lo engendró, más de derechas no se puede
ser, salvo que se encuadrase en la Falange o en otras organizaciones
fascistas que aún hoy se pueden presentar a unas elecciones. La
izquierda española como siempre, a la greña, aunque al menos IU proclama
sin complejos su ideología y su republicanismo, lo malo es que quizá
por ello haya cosechado su fracaso electoral, no obstante su apoyo a los
candidatos de izquierda se da por seguro, desde luego no creo que sean
capaces de repetir lo de Extremadura. En definitiva que los españoles no
saben bien a que carta quedarse y además tienen el inconveniente de que
los partidos no les enseñan la baraja completa. Prefieren eso del
centro-derecha o del centro-izquierda, una indefinición como la copa de
un pino, ni chicha ni limoná, casi un timo.
La postura del PSOE es más sencilla de entender, se autodenominan como
centro-izquierda y en realidad lo que practican desde siempre es un
socialismo accidentalista, al menos desde 1962, año en el que durante el
transcurso del IV Congreso del Movimiento Europeo, Rodolfo Llopis,
secretario general del PSOE en el exilio, le pidió a Joaquín Satrústegui
que transmitiera al Conde de Barcelona:
"El PSOE tiene un compromiso con la República que mantendrá hasta el final. Ahora bien, si la Corona logra establecer pacíficamente una verdadera democracia, a partir de ese momento el PSOE respaldará lealmente a la Monarquía."
Si el PSOE estaba antes dispuesto a pactar hasta con la monarquía y
renunciar a la República, ¿a que viene ahora poner palos en las ruedas
de unos pactos imprescindibles para la eliminación del Partido Popular y
de Ciudadanos?, primer paso para la recuperación de la República, y
menos aún esos palos si su última cosecha de votos ha sido la peor de
toda su historia reciente. El PSOE debería hacer memoria y recordar que
en 1936 solo obtuvo el 20,9 % de los votos, seguido de la CEDA
(Confederación Española de Derechas Autónomas) con el 18,6% y que
gracias a los votos de Izquierda Republicana, Unión Republicana, ERC y
PCE se consiguió el 60% de los diputados y vencer a la derecha, dejando
la presidencia de la República en manos del tercer partido más votado,
la Izquierda Republicana de Azaña. Una coalición que se dio en denominar
Frente Popular, aunque realmente lo correcto hubiese sido aplicar la
versión catalana "Front d'Esquerres" (Frente de Izquierdas),
denominación y frente que hoy ya deberían ser nuevamente una realidad,
se puede hacer pero los "intransigentes" y los "puristas" lo rechazan
vehementemente.
PSOE, IU, Podemos y el resto de plataformas que han obtenido
representación deben dejar a un lado objetivos secundarios y egoístas e
ir a por el principal, que no es otro que procurar la llegada de la
República y este objetivo nunca será realidad mientras el Partido
Popular y Ciudadanos tengan los suficientes escaños para impedirlo, así
que dejémonos de juegos, sobre todo el PSOE con sus acercamientos al PP y
a Ciudadanos. Que se dejen de juegos y decidan de una vez. Mientras que
juegan la posibilidad de un nuevo tamayazo aumenta.
Benito Sacaluga.
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