Haciendo dinero a lo grande
A las personas del mundo
de a pie le es difícil de entender que el dinero, ese dinero que
utiliza en el día a día, no tiene respaldo alguno y en realidad su único
respaldo es para comprar en un momento dado. Es más se trata de una
mercancía cuyo valor cambia según una supuesta ley o regla del llamado
mercado.
Más difícil es entender
cómo se crea el dinero, sea físico o virtual que en el imaginario
popular, se supone, lo crean los gobiernos y ellos saben lo que hacen.
Los que piensan así
están muy equivocados. Para la creación de dinero en general se utilizan
dos sistemas, uno, que lo crea el Banco Central más o menos aceptado
por todos como el menor de los males. El otro que creación directamente
por los bancos, que en general no lo imagina nadie, pero es muy real, y
es la capacidad que tienen los bancos de prestar un dinero inexistente a
cambio de recibir intereses por ese servicio.
Esto es muy sencillo: el
banco entrega el dinero del préstamo al acreedor y anota en su sistema
contable, como contrapartida, una deuda igual al solicitante del
crédito, la que se irá pagando como principal, más los intereses que son
propiedad del banquero.
Un sistema muy ingenioso
de prestar dinero sin arriesgar absolutamente nada y que, si bien se
dice existen ciertos límites teóricos para realizarlos, en la práctica
nadie hace el más mínimo caso de esas reglas, fáciles de burlar.
El caso es que Islandia
es el primer país en intentar corregir esto, promoviendo una ley de que
solo su Banco Central podrá "fabricar dinero" y así saca el asunto a
debate del Estado como único facultado para esa función social.
La creación de dinero
por los bancos, que se calcula en mas de un 90 % del que circula, se
cree tiene mucho que ver con las constantes crisis económicas del
sistema, pues de forma incontrolada se emiten millones en deudas
imposibles de pagar y solo una crisis es el mecanismo ideal para el
borrón y cuenta nueva.
Por ejemplo, algunos
creen que al haber sido eliminado en 2005 el único control sobre esto
que existía en Estados Unidos (llamado M3), dejo ciego el sistema y
permitió los miles de millones en préstamos que hundieron la economía
mundial y después se tuvo que regalar a los bancos, algo en que no
habían arriesgado absolutamente nada.
La buena noticia es que
ya se habla del asunto claramente y allá por Islandia van a la
vanguardia y debemos desearle suerte pues lo que se propone tiene
enemigos muy poderosos
Antonio González
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