miércoles, 4 de marzo de 2015

Salmán bin Abdulaziz, alias El Decapitador & Cía.

Pedro Morenés Eulate, ministro de defensa español, con El Decapitador
 
 
 
Los mismos que se rasgan las vestiduras e inundan con sus protestas el aparato mediático cuando un alcalde golpista es detenido en Venezuela, miran para otro lado y callan como putos cuando, al más puro estilo del Estado Islámico, una mujer es brutalmente decapitada en plena calle, en Arabia Saudita.
Las autoridades saudís decapitaron este lunes a una mujer birmana en cumplimiento de la sentencia que fue dictada contra ella por haber presuntamente asesinado a su cuñada, una niña de siete años, según han informado medios saudís. Una grabación de la decapitación mujer, identificada como Laila Bint Abdul Muttalib Basim, ha sido difundida por internet.
En el estremecedor documento, se escucha a la joven gritar "Yo no maté, yo no maté" mientras al menos cuatro policías la llevan a rastras hasta el medio de una calle donde un verdugo la esperaba para decapitarla. La joven lanzó un alarido ínstantes antes de que la espada del verdugo cayera sobre su cuello. Según los medios saudís, hicieron falta hasta tres golpes con el alfanje para cercenar el cuello de la mujer. http://www.elperiodico.com/es/
 Ningún gobernante "demócrata" alzará indignado su voz, ni por esta, ni por otras atrocidades semejantes perpetradas por sus autocráticos socios, ni llamará con urgencia a consultas a su embajador, ni desatará una masiva campaña de airada protesta en los medios de comunicación. Bien al contrario, El Decapitador será recibido con grandes honores y exquisita amabilidad. 



¿Y qué más da que el precio de la sangre se desplome hasta derramarse en la calle, si también baja, aunque no tanto, el del petróleo? Así decapitamos dos pájaros de un tajo ¿verdad?: nosotros nos enriquecemos, mientras los no sometidos y los reacios se empobrecen. Eso de los Derechos Humanos y demás monsergas está bien para florear nuestros discursos ante el aparato mediático o durante banquetes y fastos. O para reprochar la violación de los mismos a quienes no pertenecen a nuestro selecto club y se niegan a rendirnos pleitesía ¿no es cierto? 

Leon Panetta, secretario de defensa americano, con el rey Salman bin Abd al-Aziz Al Saud... en el Pentágono.

Nosotros somos así ¿verdad, Panetta pentagonal?, hemos hecho de la más criminal hipocresía todo un arte. Sonríe, Panetta, sonríe. Ya hablaremos otro día de Gaza, o de Ucrania, tal vez cuando se acerquen las elecciones y el presidente quiera hacer gala de su Premio Nobel... de la Paz.

¡Vaya! Hablando de paz. Mira quién está aquí, Netanyahu en el Congreso de los Estados Unidos, proponiendo hacerla a bombazos e intentando convencer a sus socios de ello. Aplaudan, congresistas, aplaudan. Aún pueden acrecentar la deuda de su decadente país, bastará que roben al mundo y a sus electores un poco más y que sigan armando a Israel y al gobierno títere y fascista de Ucrania. Todo sea por la paz, por la democracia y por la libertad que con tanto ahínco su selecto club viene defendiendo con tan espléndidos resultados.

Descanse en paz Laila
 
 
 






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