Aquí, Elsa Fornero, la ministra italiana de trabajo, rompe a llorar junto al gángster de Goldman Sachs, Monti, quien observa el espectáculo sin emoción alguna. La razón: jubilación a los 70, 42 años de cotización, 7. 500 millones en recortes en sanidad y alguna que otra medida que condena a los italianos a la esclavitud de por vida:
Aquí, Soraya Sáenz de Santamaría diciendo que cualquiera tiene "derecho a fracasar" y que las cosas de los desahucios, y tal, "nos pueden pasar a cualquiera". Pobres: recemos por todos. Amén.
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