El presidente de los Estados Unidos ha sido acusado formalmente esta noche de abuso de poder y obstrucción al Congreso
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha sido acusado formalmente esta noche de abuso de poder y obstrucción al Congreso.
Trump se convierte así en el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en afrontar un juicio en el Senado
que se espera comience en los primeros días de enero. La votación se
efectuó después de un intenso debate de seis horas en la Cámara de
Representantes.
La primera votación, sobre el cargo de abuso de poder, terminó con 230 votos a favor (229 del Partido Demócrata y uno independiente) y 197 en contra
(195 del Partido Republicano y dos del Partido Demócrata). Un demócrata
y dos republicanos no estuvieron presentes en la votación.
En el Partido Demócrata, solo la congresista Tulsi Gabbard no se
posicionó, todos los demás votaron a favor de la destitución . Justin
Amash, que dejó el Partido Republicano en julio para independizarse,
votó a favor del abuso del cargo de poder.
En relación con el segundo cargo del impeachment, la acusación de obstrucción al Congreso, votaron a favor 229 (228 del Partido Demócrata y uno independiente) y 198 votaron en contra (195 del Partido Republicano y tres Democráticos).
La congresista Tulsi Gabbard tampoco se posicionó en este asunto, y
tres de sus colegas del Partido Demócrata votaron en contra. Justin
Amash, independiente, también votó a favor de esta acusación de
obstrucción al Congreso.
Durante el debate sobre los cargos del impeachment , horas
antes de la votación, Donald Trump dejó un mensaje en Twitter acusando
al Partido Demócrata de «atacar a Estados Unidos y al Partido
Republicano».
La decisión de si el Presidente debe ser o no destituido de su cargo es responsabilidad exclusiva del Senado,
que funciona durante el juicio como tribunal. Aunque todavía no hay una
fecha establecida para que comience el juicio, ni se sabe cuántos días
durará, casi con toda seguridad comenzará a principios de enero.
Durante el juicio, un grupo de congresistas demócratas en la Cámara
de Representantes trabajará con el equipo de la fiscalía contra el
Presidente, que será defendido por la Casa Blanca.
Para que un presidente sea condenado en el Senado por los
delitos de los que ha sido acusado en la Cámara de Representantes, una
mayoría de dos tercios de los senadores (67 de cada 100) debe votar a
favor de al menos uno de los cargos.
Aunque es poco probable que esto suceda, ya que el Partido
Republicano tiene una mayoría de 53 senadores, en caso de destitución,
el Presidente es inmediatamente expulsado de la Casa Blanca y el
Vicepresidente ocupará su lugar hasta las próximas elecciones.
Los cargos contra Trump
Abuso de poder
El presidente Trump está acusado de organizar una campaña de presión contra el presidente ucraniano Volodimir Zelenskii, con la colaboración de su abogado personal, Rudolph Giuliani, y dos de sus socios, Lev Parnas e Igor Fruman.
La fiscalía afirma que Trump chantajeó a Zelenskii en Ucrania
interfiriendo en las elecciones presidenciales de 2020 de Estados
Unidos contra el Partido Demócrata.
El presidente de los Estados Unidos está acusado de exigir que el
presidente de Ucrania anunciara la apertura de investigaciones contra el
Partido Demócrata y Joe Biden, uno de los favoritos para enfrentarse a
Trump en las elecciones de 2020.
Si Zelenskii no cedía, la Casa Blanca
no enviaría para Ucrania un paquete de ayuda militar de 391 millones de
dólares que ya había sido aprobado por el Congreso de los Estados Unidos
y que Kiev necesitaba para luchar contra los separatistas pro-rusos.
Al utilizar su posición de presidente para tratar de obtener un
beneficio personal, aumentando las posibilidades de ser reelegido en
2020, Trump abusó de su poder, según la acusación del Partido Demócrata.
El Partido Republicano y el presidente Trump afirman que este cargo
es infundado porque se ha liberado ayuda militar y el presidente
ucraniano no ha anunciado la apertura de ninguna investigación.
Por su parte, el Partido Demócrata afirma que la defensa que hace el
Partido Republicano no se sostiene ya que esto sucedió a principios de
septiembre, cuando se supo que un agente de la CIA había informado de la
situación a sus superiores.
Obstrucción al Congreso
En respuesta a la apertura de una investigación en la Cámara de Representantes sobre sus relaciones con Ucrania, el
presidente Trump prohibió la audiencia de cualquier funcionario de la
Casa Blanca y retuvo los documentos requeridos por el Congreso.
Trump y el Partido Republicano afirman que este cargo es
infundado porque el presidente puede reclamar el privilegio del
ejecutivo de no dar información al Congreso.
Y dicen que la
Cámara de Representantes está abusando de su poder al no esperar las
decisiones judiciales sobre este conflicto constitucional: la Corte
Suprema decidirá quién tiene el poder y para qué, pero esa decisión no
se tomará pronto.
El Partido Demócrata dice que la Casa Blanca no reclamó el privilegio
ejecutivo y ningún otro presidente ha promulgado una prohibición total
de colaboración con el Congreso, además, afirman que no se puede esperar
estas sentencias judiciales porque eso significaría permitir que el
presidente Trump continúe interfiriendo en las elecciones de 2020.
Soy machista. Fui criado así. Crecí, me casé y tuve una hija. Siempre
sometí a mi mujer, algo que me parecía completamente natural. Al fin y
al cabo, el machismo es tan estructural que se naturaliza.
Usaba
adjetivos como incompetente, idiota, estúpida, para criticar muchas de
sus palabras y posturas, y así disminuirla, empequeñecerla.
Nunca la
agredí físicamente, pero ejercía violencia psicológica.
Mi hija fue criada en ese ambiente.
Me reía de los chistes que humillan o descalifican a las mujeres, y los reproducía.
Cuando alguna se ofendía y protestaba le preguntaba si no tenía sentido
del humor, era sólo un chiste, una broma.
Aparte de eso, siempre fui muy
moralista, especialmente cuando veía mujeres con ropas muy cortas.
Muchas veces dije que estaban pidiendo ser violadas. Recuerdo que una
vez me contaron sobre un caso de violación de una chica "modernosa" del
barrio donde vivo, y cuestioné si se trataba realmente de una violación.
Al fin y al cabo, ella abusaba, lo pedía ¿no? Mi hija escuchaba todo
eso.
Defendía que hombres y mujeres son muy diferentes y por eso sus derechos no podían ser iguales.
Reproducía las falacias de que el hombre es más racional y la mujer más
sentimental, que tener muchas mujeres en un mismo lugar de trabajo no
da resultado, que la mujer habla demasiado, que le gustan los chismes,
que los hombres son más competentes para gerenciar negocios, que hay
mujeres a las que les gusta que les peguen, que los niños mal educados
lo son por culpa de la madre, etc.
Mi hija aprendió todo eso.
Una vez, un vecino agredió físicamente a su mujer. Mi esposa y mi hija hablaron de llamar a la policía, pero lo impedí.
Dije que "en pelea de marido y mujer no se mete cuchara". ¿Quién sabe
lo que ella hizo para hacerle perder a él la cabeza? Mi hija incorporó
esa idea.
Deshumanizaba la figura femenina.
A las mujeres más independientes y despegadas de esas reglas morales que yo defendía, las llamaba vacas, yeguas, cerdas.
Decía que el feminismo era cosa de mujeres "mal atendidas", feas, desequilibradas, desubicadas.
Me ofendía cuando alguien me llamaba machista, y decía, "ni machismo ni
feminismo, nada de ismos". Mi hija llegó a reproducir algunas de mis
expresiones.
Recuerdo cuando ella me lo presentó. Estaban
empezando a salir.
Una vez la oí conversando con una amiga y le contaba
que a veces era un poco grosero, pero los hombres son así, ¿verdad? Yo
era su referencia.
En otra ocasión hablaba con una prima sobre
cómo lo encontró con otra, pero él se disculpó y dijo que era sólo un
desliz, que la amaba.
Recordó que unos años antes, su madre
había descubierto algunas aventuras mías, y que eso era, al fin y al
cabo, cosa de hombres.
Él me caía bien. Era un muchacho simpático
y trabajador. Reía mucho de los chistes sobre mujeres que le contaba, y
hasta aportó algunos nuevos que ampliaron mi repertorio.
Se casaron. Con mi bendición. Una vez ella se quejó con la madre de que él era muy celoso y posesivo, que la agobiaba.
Me metí en la conversación y dije que él era el hombre de la casa y que
ella tenía que respetarlo, y que los celos eran señal de amor.
Ella estuvo de acuerdo. Noté que algunas veces hablaba con ella de
manera agresiva.
Lo llamé para tener una charla.
Me pidió disculpas y
dio que procuraría controlarse "pero que la mujer habla demasiado y
sabes cómo es eso, a veces hace que uno se ponga nervioso". Terminé
concordando con él.
Hace poco ella llegó a casa con un hematoma
en un ojo, el rostro hinchado y marcas en los brazos.
Le pregunté sobre
eso y contestó que se había caído por las escaleras, pero que estaba
bien, que no hacía falta que me preocupara. Le pregunté si todo iba
bien con su marido y me dijo que sí, que él la amaba.
Ayer recibí
una llamada de la policía. Supe que mi hija estaba muerta. Su compañero
la había tirado del balcón desde un décimo piso. O la había apuñalado, o
baleado, o estrangulado, o golpeado hasta la muerte durante una pelea
conyugal.
Los vecinos oyeron sus gritos pidiendo socorro, pero nadie
intervino ni llamó a la policía. Al fin y al cabo, en pelea de marido y
mujer no se mete cuchara.
Yo caí, o fui apuñalado, o baleado o
estrangulado junto con mi hija. Ahora yazgo en este suelo frío..
La
caída, o el tiro, o el estrangulamiento, o los golpes, o la puñalada que
destrozó mi alma, agudizó mis sentidos.
Puedo ver, oír. Veo
ahora con una claridad y lucidez que me lastiman: el machismo, que
siempre naturalicé y reproduje, oprime, hiere, mata. Oigo el grito de
los feminismos. Es un grito de dolor.
Es un grito ancestral. Es un grito
por igualdad de derechos y oportunidades. Es un grito por respeto. Es
un grito por la vida. Es el grito de mi hija. Es el grito de tu hija.
Es tarde para mí. Es tarde para ella. Maté a mi hija. En cada acto
machista maté a mi hija. Maté también otras hijas, hermanas, madres.
Defender y reproducir el machismo es mancharse las manos con sangre. Tu
puedes aún salvar a tu hija, hermana, madre y tantas otras mujeres.
Actúa antes de que sea tarde.
"el historiador brasileño Cadu de Castro escribió y compartió esta
conmovedora crónica.
En su breve relato, el autor deja claro que un
feminicidio no se produce sólo en el instante en el que un hombre le
arrebata la vida a una mujer.
Comienza mucho antes, y con la
involuntaria y anónima complicidad de todos."
La diputada que apunta a nueva líder del partido en vías de extinción
sigue la misma estrategia nefasta que llevó a Albert Rivera al
descalabro electoral del 10N
Inés Arrimadas se reunió ayer durante más de una hora con Pedro Sánchez para decirle que no le apoyará en su investidura mientras siga en negociaciones con Unidas Podemos y ERC. Pese a todo, la líder de Ciudadanos aún ve margen para lo que ella considera un acuerdo “constitucionalista” a tres con el PSOE y PP
siempre que, claro está, Sánchez rompa con “separatistas y comunistas”.
Es decir, que estamos ante el clásico chantaje político consistente en
poner contra las cuerdas al presidente del Gobierno en funciones y
decirle que o hace lo que ella quiere o se rompe la baraja. Esa es la
forma de negociar que tiene la derecha española: dogmatismo ante todo,
fuertes dosis de demagogia e imposición de sus propias condiciones a
toda costa.
El problema es que Arrimadas, Alicia en el maravilloso país del mundo naranja, no está en disposición de exigir nada. Tras el descalabro monumental del 10N, donde perdió 47 escaños, Ciudadanos
se ha quedado sin líder y lo que es aún peor: sin identidad, sin
objetivos claros y sin proyecto político.
El partido, a fuerza de giros
bruscos, volantazos y veletismos, ya no sabe si es una formación de
derechas, de centro derecha, liberal reformista, demócrata-cristiana,
moderada, regeneracionista, ultranacionalista de extrema o todo ello a
la vez. Lo ha ido probando todo y todo le ha salido mal.
Hoy la
“bisagra”, esa pretensión con la que un buen día soñó Albert Rivera, se ha quedado oxidada a las primeras de cambio, quizá de tanto usarla, como decía la canción.
Pero Arrimadas, lejos de hacer este análisis que es el que más le
convendría hacer al partido, y ceder sus 10 escaños altruistamente para
que España pueda tener un Gobierno de una santa vez, sigue instalada en
la ensoñación del pasado que pudo ser y no fue, como si Ciudadanos, hoy
en día, pintara algo en la vida pública española.
Es evidente que los
naranjas ya no tienen mucho que aportar al país más que esperar a ser
devorados por Vox.
Apenas sirven para darle ese falso y tibio toque de
color liberal a un Congreso de los Diputados polarizado en dos bloques o frentes, aunque ya ni eso, en vista de que su elenco de actores estrella anda de capa caída.
Felisuco abandonó su escaño en Madrid para, según dicen, iniciar una aventura más ambiciosa: presidir la Comunidad de Cantabria, algo que tampoco ha logrado, ya que Miguel Ángel Revilla es una máquina de ganar elecciones y le ha dado para el pelo, nunca mejor dicho.
De Toni Cantó qué se puede decir. Que sigue en coma político tras el batacazo electoral, como aquel personaje que interpretó en la serie 7 Vidas,
el joven que estuvo dieciocho años sumido en un sueño profundo y cuando
despertó ya no era el mismo. Lo último que se sabe de Cantó es que un
buen día se despidió de las Cortes al grito de Viva España y nunca más se supo.
Dicen que marchó a la Comunidad Valenciana para levantarle la Presidencia de la Generalitat a Ximo Puig. Y por allí debe seguir.
Quiere decirse que todo en Ciudadanos es ya pasado, historia y
decadencia
. El partido tuvo su sentido mientras fue muleta y pegamento
del bipartidismo agonizante pero Rivera se radicalizó, se puso la barba
de fundamentalista español como Santiago Abascal y le
negó el pan y la sal, incomprensiblemente, al sanchismo.
El líder de Cs
no supo aprovechar todo el inmenso caudal popular que canalizó entre los
votantes catalanes abandonados por Madrid y arrollados por la ola
indepe.
El cordón sanitario a Sánchez fue un grave error y sus pactos
con la extrema derecha de Vox un dislate todavía mayor. El refresco
naranja perdió todo el gas nada más descorcharse el tapón y ni siquiera Marcos de Quinto, experto en la fórmula secreta de la Coca Cola (y del sabor del éxito y el dinero), supo cómo arreglar el producto desventado.
Ayer Arrimadas se presentó muy elegante, digna y orgullosa a su
reunión con el presidente del Gobierno en funciones y hasta salió de la
entrevista como si fuese ella la primera candidata para presidir España.
Todo eran condiciones, ínfulas, exigencias, líneas rojas y fronteras.
Hasta se permitió aconsejarle a Sánchez, poniéndose exquisita, que
buscara “la moderación y la estabilidad” con los constitucionalistas,
precisamente ella que lo ha pactado todo con la extrema derecha
neofranquista.
La jefa del partido de los diez temblorosos escaños
parecía Juana de Arco seguida por toda una nación
levantada en armas para defender España del poderoso enemigo
separatista.
Quizá cuando llegó a la sede de Cs se dio cuenta de que ya
no es nadie y de que unas nuevas elecciones solo servirán para colgar en
la puerta el cartel de “cerrado por defunción”.
Olas de basura en las playas de Durban, Sudáfrica, después de las
tormentas que han azotado la región provocando inundaciones. La basura
ha sido vertida al Océano Índico por el río Umgeni.
Un video subido a las redes sociales por la organización The Litterboom Project, que limpia a menudo estas playas muestra botellas y basura flotando en el agua del río y en su desembocadura.
"Ocurre cada vez que llueve mucho, es entonces cuando el problema
plástico se hace especialmente evidente. La ciudad y muchas
organizaciones sin ánimo de lucro trabajan duro para limpiar cada vez, a
veces pasando semanas", dijo a la agencia Reuters Mike Frew, un
residente local que grabó el video.
Los desechos plásticos
terminan acumulándose en la playa de Durban, "una de las atracciones
turísticas y locales más populares que tenemos", agregó.
En su
cuenta de Instagram la organización muestra lo que ocurre en el río
Umhlanga, para intentar concienciar de que la contaminación de nuestros
océanos con plásticos empieza en el interior de la tierra y en los ríos.
Las fuertes lluvias en algunas partes de Sudáfrica han sumergido barrios
enteros, provocando evacuaciones y agravando los problemas de la
empresa estatal de servicios públicos Eskom, que ha estado luchando por
mantener la distribución eléctrica desde 2008.
Esta imagen tomada por el satélite Sentinel 2 el pasado 30 de
noviembre muestra cómo desemboca el río Umgeni en las interminables
playas de Durban.
Sudáfrica se enfrenta a un gigantesco problema
de gestión de residuos. Por un lado es uno de los países más prósperos
de África, y por lo tanto con un mayor consumo pero persiste la costumbre de tirar la basura en cualquier lado en muchas ciudades.
El
plástico es uno de los mayores problemas medioambientales a los que se
enfrenta nuestro Planeta junto a la crisis climática.
Primero quiero pedir un boicot turístico para este lugar, porque debemos decirles que queremos a los animales y no vamos a tolerar que los asesinen para que un grupo de imbéciles puedan estar de vacaciones tranquilos.
No queremos asesinatos de animales, por eso planteo un boicot turístico para las Islas Mauricio.
Ahora quiero pedirle al Gobierno del lugar que termine con esta matanza de animales callejeros, porque no son una plaga, y si a algún turista le moleste, que se vaya, porque el turista es el que molesta a los animales provocándoles la muerte.
Se los asesina de la peor manera, inyectándoles lejía y provocándoles una muerte extremadamente dolorosa y que no debemos permitir bajo ningún punto de vista.
Los cuerpos de los perros eran arrojados en camiones como basura y luego los enterraban estando aún conscientes, respirando en medio del dolor.
Con un participación entorno a unas 5.000
personas pensionistas. De Gipuzkoa salieron 16 autobuses; de Bizkaia 21;
y de Aiaraldea (comarca de Araba) 2.
Y a ellos se sumaron un número
indeterminado pero numeroso de coches de las tres provincias, donde se
desplegaron pancartas de numerosos pueblos y comarcas de las tres
provincias.
Resultando preocupante una vez más la
falta de objetividad, de explicación de la realidad de la movilización,
por parte de la televisión pública ETB.
En el informativo del mediodía
fue ocultada descaradamente la presencia y el papel de la delegación
elegida por el movimiento de pensionistas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa (
6 personas, dos por cada herrialde) que se entrevistaron y entregaron
el documento reivindicativo y unitario a todos los grupos
parlamentarios.
Sin embargo dieron espacio exclusivo a la rueda de
prensa de un grupo de pensionistas que presentaron un documento
diferente.
Hoy lunes día 16 se hará otro tanto ante el Parlamento de Iruña
Las personas
pensionistas navarras partirán a las 12:15 desde el Ayuntamiento de
Iruña, para concentrarse después ante el Parlamento.
A diferencia de la
movilización en Gasteiz, allí presentaran ante todos los grupos
parlamentarios un único documento, consensuado entre las cuatro
plataformas de pensionistas convocantes de la iniciativa; un documento
bastante parecido al presentado en Gasteiz en nombre del movimiento de
pensionistas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.
Grupos neonazis que, en los estadios de fútbol, sueltan cánticos
racistas y xenófobos. Jugadores negros que son insultados con
imitaciones de sonidos de mono. Ultras del Betis cantando aquello de
“Rubén Castro oé, Rubén Castro oé, no fue tu culpa, era una puta, lo
hiciste bien”, cuando al delantero canario fue acusado de agresión a su
expareja.
Aunque el juzgado lo eximió de culpa, el cántico de este grupo
ultra apoyaba que una mujer, puta además para ellos, fuera agredida.
Nunca se suspendió un partido por estos motivos. Ni siquiera por
asesinatos a las puertas de estadios, como ocurrió en el Atlético de
Madrid-Deportivo de La Coruña.Ser neonazi, xenófobo, misógino,
machista, racista, parece que no es motivo para suspender un partido.
Eso si, cuando a un neonazi (que acumula todos los adjetivos anteriores)
se le dice que es un nazi, se considera un insulto tan grave como para
parar un partido de fútbol y genera un debate tan falso como el que
últimamente se genera en redes sociales, medios de comunicación de la
ultraderecha o partidos políticos del mismo corte.
Aunque llevo años sin escuchar fútbol por la radio, ayer tuve la mala
suerte de conectar con la SER cuando uno de los periodistas deportivos
de la cadena, que por lo que pude comprobar compiten en sesudos análisis
y dislexia cerebral con los del chiringuito o cualquier otro
seudoprograma gallinero, dijo la siguiente barbaridad: “Ya era hora
de que se parara un partido por estos motivos. Da igual que sea por
insultar a un negro, a un gay o a un nazi. El caso es que no se puede
consentir el insulto”.
Esta boutade recibió el aplauso del resto de
sus compañeros. En la SER. Ni me imagino que pasará en casa de Herrera y
los obispos.
Porque, eso sí, Zozulya es nazi. Nunca lo ha negado, aunque lo esconde como “libertad de pensar lo que considere oportuno”.
Busquen en las redes y podrán comprobar sus apoyos, amistades, fotos,
en los que se siente orgulloso de serlo. Los propios hinchas del Bayern
de Munich apoyaron a los del Rayo Vallecano cuando éstos se negaron al
fichaje del ucraniano por su equipo.
En una gran pancarta se podía leer
aquel día: “Throw nazis out of football. Zozulya vete ya!” Zozulya siempre ha apoyado a grupos neonazis de su país (Dnepr White Boys) e incluso a Stepan Bandera,
líder de los nacionalistas de Ucrania que, en la II Guerra Mundial, fue
el responsable de la muerte de 4000 judíos en Lviv.
Por tanto, ser nazi
es denunciable y no puede ser tolerado como una manera más de pensar
políticamente. ¿Es necesario recordar qué significó el nazismo?¿Es
necesario explicar que si apoyas el nazismo eres un nazi y estás de
acuerdo con los millones de asesinados por la ideología nazi? ¡Mundo de
locos!
En los últimos tiempos vemos como esta gentuza vuelve a ganar adeptos
en todo el mundo, incluido ya nuestro país. Por fin, con la gran
colaboración de muchísimos “periodistas” de “medios de comunicación”
como ayer los de deportes de la SER, se iguala a un nazi con un negro o
con un homosexual.
Se iguala al que le grita a un negro sonidos de mono
con el que recrimina a un nazi por ser nazi. Se iguala al que grita a un
homosexual por serlo o al que insulta a una mujer linier por ser mujer,
que a un nazi por ser nazi. Porque sólo nazis, franquistas, o
retrasados evolutivamente pueden intentar insultar a un negro, a un
homosexual o a una mujer deportista.
O ponemos freno a esto o se nos va de las manos. Ya se nos ha ido. A
los “putos menas”, como llaman los ultraderechistas a los menores
extranjeros sin acompañar, ya les ha caído una granada. Las mujeres
siguen siendo asesinadas a diario.
Cada día aumentan las amenazas de
muerte en redes a profesores, a homosexuales o a personas con ideas de
izquierdas. Ayer, el pobre Zozulya, se sentía amenazado. Piel fina la
del futbolista que se le pone como el pellejo de breva cuando su sentir
nazi le vuelve más valiente.
Desde aquí, toda mi solidaridad con aquellos que denuncian a los
neonazis que apoyan a los nazis que gasearon, fusilaron, exterminaron a
más de 15 millones de personas cubiertos por el racismo y la xenofobia.
Ellos sí son las víctimas. Los nazis, los verdugos. Los neonazis, sus
cómplices y culpables de lo que ocurra hoy en día.
PD: la foto de portada muestra a Zozulya con una camiseta con el
número 18, que se refiere a Adolf Hitler en el simbolismo nazi por la
posición de las letras en el alfabeto. Arriba, en el marcador, el
resultado 14-88 se refiere a las 14 palabras de un lema nazi (“Debemos asegurar la existencia de nuestro pueblo y un futuro para los niños blancos“) y ¡Heil Hitler! porque la H es la letra 8 del alfabeto.
El PP se ve desbordado por el discurso de la extrema derecha, que le
marca la agenda cada día, mientras Ciudadanos queda relegado a la
insignificancia política
Las derechas convencionales han claudicado definitivamente ante el poder emergente de Vox. Santiago Abascal ya ejerce como líder y hombre fuerte de la oposición, marcando cada día las agendas políticas de Partido Popular y Ciudadanos.
El mismo Pablo Casado reconoció ayer, tras su reunión con el presidente del Gobierno en funciones, que el PP no puede ser el partido que “blanquee” el pacto del PSOE con “los comunistas de Unidas Podemos”, ya que de hacerlo sería “letal para España
y un suicidio para el PP”.
“Si hacemos eso, miles de militantes
romperían el carné del partido”, ratificaron fuentes de la cúpula
popular.
La declaración de Casado fue, además de un revés para las
aspiraciones de Sánchez de lograr una investidura con el voto en blanco
de los populares, la representación evidente del grito interior de
pánico que atenaza al líder del Partido Popular.
Casado siente que
Abascal le va comiendo terreno por la derecha y no sabe cuál es la mejor
estrategia para frenarlo.
Si el presidente popular le copia el discurso
a Vox está políticamente muerto, ya que el electorado detectará
perfectamente dónde hay un plan original y dónde está la copia.
Por el
contrario, si se centra y se modera, permitiendo la investidura de
Sánchez y la llegada al poder de “los comunistas” de Podemos, como él
dice, sería el “suicidio político” del partido. ¿Y qué entiende Casado
por suicidio?
Está bien claro: él considera que cualquier síntoma de
debilidad, cualquier gesto de aproximación a Sánchez, aunque sea solo la
abstención para favorecer la investidura del líder socialista, sería
perder la confianza de su electorado y renunciar a un buen montón de
votos que irían a parar a la extrema derecha.
Vox ya ha olido el rastro de la sangre, el miedo de Casado, y el portavoz parlamentario de la formación ultra, Iván Espinosa de los Monteros,
reprochó acto seguido al PP que se niegue a facilitar un Gobierno de
Sánchez anteponiendo así “los intereses del partido a los intereses de
España”.
Además, dudó de que el rechazo de Casado sea “el mayor gesto de
responsabilidad o sensatez”. No cabe duda de que los de Vox tienen
buenos asesores.
Su estrategia diabólica consiste en empujar al barro al
PP, presionarle para que permita el desbloqueo por “el bien del país”,
mientras Vox queda como el partido verdaderamente patriótico, el único
que salvaguarda la unidad de España y el único íntegro en sus
convicciones, ya que no se mancha las manos con componendas y pactos con
comunistas y feminazis.
Y ahí está la trampa maquiavélica, el jaque
mate al PP. Casado se encuentra atrapado entre dos fuegos, el de Pedro
Sánchez que le culpa de la parálisis institucional de España (y con
razón) y el de Vox, que le aprieta las clavijas para que claudique y
permita finalmente un Gobierno socialista-podemita.
De ahí la agónica
declaración del líder del PP que suena más bien a SOS, a petición de
socorro: “Si lo hacemos sería el suicidio del partido”.
Espinosa de los Monteros lo reconoció sin tapujos ayer mismo,
cuando aseguró que a su juicio los populares rechazan cualquier pacto
con el PSOE para no dejar a Vox como el único partido de la oposición,
con lo que Casado estaría poniendo “por delante los intereses del
partido a los intereses de España”.
La siguiente jugada de Espinosa fue
tratar de hacer ver que nadie está cumpliendo con lo prometido durante
la campaña electoral, salvo Vox, que “garantizó desde el principio que
no apoyaría un Gobierno presidido por Pedro Sánchez y menos aún
compartido con separatistas y comunistas”.
Además, dejó claro que la
formación ultra no va a permitir “ninguna fórmula de Gobierno del PSOE”,
aunque reconoció que sí entenderían que PP y Ciudadanos
facilitasen la investidura.
A su juicio, estos dos partidos “no se
distinguen tanto” del PSOE (de nuevo el eslogan de la “derechita
cobarde”) y alegó que Vox reconoce que “sería menos malo para España” un
Ejecutivo de “socialdemócratas de centro” que uno apoyado en
“separatistas y comunistas”.
Por tanto, la estrategia de “que sean otros los que queden marcados
por la historia” está claramente diseñada por la extrema derecha y puede
convertirse es un auténtico campo de minas para el PP.
Casado está
maniatado: no puede desbloquear la situación porque sería su “suicidio
político”, tal como él mismo reconoce, y tampoco puede permanecer en el
inmovilismo a ultranza, ya que quedaría en evidencia que copia
miserablemente la táctica de Vox. Estamos pues ante una partida a muerte
donde las reglas de juego las marca claramente la extrema derecha y
donde Casado tiene todas las de perder de antemano.
Son, en fin, las
consecuencias nefastas que para el PP tiene haber compadreado,
coqueteado y pactado con Vox en Madrid, Andalucía y Murcia en lugar de haber mantenido un discurso original, centrado y propio desde el principio.
Cada vez son más los historiadores
que niegan que la contienda acabase en 1939. Uno de ellos acaba de
publicar un estudio en el que defiende que lo hizo 13 años después
“En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”. El histórico parte firmado por el general rebelde Francisco Franco el 1 de abril de 1939 ha sido considerado desde aquel día el punto y final de la Guerra Civil española.
Una tesis reproducida en libros de texto y tratados históricos que raramente han cuestionado el marco franquista,
según el cual, la caída de las últimas ciudades resistentes acabó con
el conflicto. No fue así, como el propio Franco reconoció en 1946,
cuando en un discurso anunció: “Llevamos 10 años de guerra”. Durante más
de una década, España seguiría en guerra. Irregular y rural, pero
guerra al fin y al cabo.
Es una tesis cada vez más popular y que suscribe, entre otros, el historiador Jorge Marco,
de la Universidad de Bath, autor de 'Guerrilleros y vecinos en armas',
que publicará en breve un artículo en el 'Journal of Contemporary
History' y ha publicado otro en el 'European History Quarterly' junto a Mercedes Yusta Rodrigo, de la Universidad de País VIII, en los que invita a repensar la historia española. “Hemos creado un tropo de Guerra Civil 1936-1939 que nos ha atrapado”,
explica a El Confidencial. “Para entender la profundidad de la
violencia que se desarrolló en España en ese periodo, debemos entender
que la Guerra Civil no terminó el 1 de abril de 1939, como proclamó la
dictadura de Franco, sino que se prolongó hasta 1952”.
Fue
un periodo de gran violencia que se cebó con las zonas rurales, lejos
de los ojos de la comunidad internacional, especialmente después de 1945
Fue a finales de ese año cuando los últimos grupos armados se marcharon, aceptando la derrota final, en un proceso de “limpieza política”
que se había prolongado casi dos décadas. “El discurso franquista
estableció esa idea que hemos asumido todos de forma cómoda”, explica.
“Pero durante mucho tiempo, y hasta hoy, incluso los vencidos también lo compraron”.
Marco no pone en duda la derrota total del ejército republicano, pero
señala que lo que ocurrió durante los años posteriores fue una guerra
irregular en toda regla, semejante a la que décadas más tarde se
desarrollaría en otros lugares como Cuba o Vietnam. “La derrota del ejército republicano fue tan colosal, incluida la guerra civil interna en Madrid en marzo de 1939, que en gran parte también lo asumieron”.
Fue
un periodo de gran violencia interna que se cebó con las zonas rurales,
lejos de los ojos de la comunidad internacional, especialmente después
del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Es difícil establecer una cifra de muertos exacta, recuerda el
historiador: entre los 20.000 ejecutados durante los años cuarenta por
el régimen franquista no se cuenta a los cientos de caídos a
consecuencia de la violencia contrainsurgente. Las fuentes oficiales
señalan 3.433 bajas (2.489 combatientes y 953 civiles), pero Marco eleva
el número a entre 6.500 y 8.000 durante la guerra irregular, de los cuales entre 5.000 y 6.500 fueron víctimas de la dictadura.
“Hay tres etapas en la guerra: una guerra civil asimétrica desde
julio del 36 hasta noviembre o febrero del 37, con dos ejércitos en
malas condiciones, sin armamento pesado y con poca experiencia”, explica
el historiador. “Otra etapa desde finales del 36 hasta el 1 de abril
del 39, una guerra civil convencional entre dos ejércitos bien
armados, y una tercera etapa que nunca se ha analizado como guerra
civil, pero semejante a lo que estaba ocurriendo en otras partes, como
el este de Europa (Polonia, Rumanía, Lituania)”.
Pero incluso en dicha
etapa, en la que el franquismo debió aprender a combatir a un enemigo invisible que había adoptado la forma de la guerrilla,
hay distintas fases. No es lo mismo echarse al monte después de 1942,
recuerda, cuando el final de la Segunda Guerra Mundial hacía soñar con
una intervención aliada en España, que a partir de 1946, cuando dicha posibilidad se descartó y el régimen endureció la represión en los conocidos como 'tres años de terror'.
Rituales de obscenidad colectiva
20
de abril de 1950. Tres jóvenes campesinos son detenidos en un pueblo
andaluz. Al día siguiente, son conducidos a una fábrica y torturados a
lo largo de toda la noche. Tras la llegada del amanecer, son entregados a
los terroríficos Regulares, que los atan a caballos y los arrastran por
un camino empedrado antes de lapidarlos. Acaban, finalmente, con la
vida de los tres jóvenes de un tiro en la cabeza. Lo único que se
encuentran sus familias es un largo reguero de sangre y miembros cercenados.
Era
posible ver a vecinos golpeando los cadáveres de los miembros de la
guerrilla, arrancando su cuero cabelludo y quemando su piel
Esta
es la narración con la que Marco arranca su trabajo, y que muestra la
violencia desplegada durante ese periodo, a menudo superior a la de la
etapa 1937-1939, cuando la violencia se burocratizó. “Se recuperó parte
del repertorio de los primeros meses de la guerra, que se había reducido
muchísimo a partir de febrero del 37”.
La guerra irregular en las zonas
rurales provocó que reapareciese la exhibición de cadáveres en las plazas de los pueblos,
con el objetivo de evitar que los rebeldes fuesen mitificados, las
masacres o las torturas, desde la mutilación de la lengua o genitales de
los detenidos hasta la introducción de astillas debajo de las uñas o su
extracción violenta, la aplicación de descargas eléctricas a los
genitales o el quemado de las plantas de los pies.
En el caso de las
mujeres, muchas sufrieron violaciones, mutilación del clítoris
o la introducción vaginal de barras de hierro al rojo vivo. En
Extremadura, los capturados eran arrojados al agua por la Guardia Civil
desde el puente de Almaraz y rematados con pistolas cuando intentaban
alcanzar la orilla.
En ese negro panorama, Marco recupera el término “rituales de obscenidad colectiva”, utilizado por Bruce Lincoln para referirse a la violencia anticlerical en la zona republicana, para hablar de las sangrientas venganzasperpetradas por la población civil dentro
de los propios pueblos. “En conflictos intracomunitarios es común, con
unos niveles de violencia altísimos”, explica el historiador.
Durante
esa época, era posible ver a vecinos golpeando los cadáveres de esos
“trofeos de caza legales” que eran los miembros de la guerrilla,
arrancando su cuero cabelludo yquemando su piel. Una espiral de odio
que provocaba que, en muchos casos, el ambiente fuese irrespirable,
especialmente para aquellos que habían mostrado alguna simpatía
republicana.
“En
muchos pueblos que habían quedado en la zona republicana hubo violencia
contra personas que se consideraban derechistas o propietarios”,
recuerda el profesor. “Esto conduce a muchos de los familiares de las
víctimas a un deseo de justicia completamente natural si te han
matado a un padre o un hermano o te han encarcelado”.
El problema,
prosigue, es que la dictadura no intentó impartir justicia, sino
aprovechar ese sentimiento para perseguir a los republicanos en bloque.
“Ahí se incorporan denuncias que pueden ser falsas por inquinas
personales, motivos políticos que venían de mucho antes o casos como el
de alguna persona que, al no haber podido entrar en una sociedad de
ganaderos por no tener el número suficiente de cabras, había generado un rencor creciente”.
El simple rumor fue, a menudo, un argumento utilizado en los consejos de guerra.
Un
buen ejemplo de esa “violencia íntima” es lo ocurrido en Gúdar
(Teruel). En 1946, la esposa de un líder de la guerrilla llamado Florencio Guillén fue detenida por orden del alcalde Víctor Bayo, y al día siguiente apareció muerta. Según la Guardia Civil, se había suicidado, aunque la familia adujo que había muerto a causa de una brutal paliza.
Su hijo mayor, Florencio,
se unió a su padre en el monte, y justo un año después, el 29 de
septiembre en 1947, 30 guerrilleros, entre los que se encontraban
Florencio y su padre, entraron en el pueblo, atacaron a la Guardia Civil
y asesinaron a Bayo y siete miembros de su familia, incluidos dos
niños. Florencio padre había dirigido la colectivización de los terrenos
del pueblo durante la guerra, lo que le hizo ser encarcelado; episodios
como este muestran “una tupida red de disputas y riñas”.
Unas consecuencias que duraron décadas
En
su trabajo, Marco y Yusta proponen una interesante lectura de los
efectos de la represión rural en la economía y demografía españolas:
aunque no hubiese grandes desplazamientos masivos, es probable que la despoblación de zonas como Teruel que se produjo durante los cincuenta y sesenta fuese
consecuencia, en parte, de ella.
“En España, el fenómeno migratorio es
tardío comparado con otros países europeos y lo ligamos con el
desarrollismo, pero es verdad que en los cuarenta, la intensa actividad
guerrillera en determinadas zonas expulsó a mucha gente,
fundamentalmente aquellos que estaban vinculados de un modo u otro a la
guerrilla, ya fuese por razones familiares o políticas, que buscaban el
anonimato que representa la ciudad”, explica el autor.
En
Acebuchal, Málaga, 40 familias fueron desalojadas de sus viviendas
entre 1948 y 1953. Muchas de ellas se vieron obligadas a emigrar
Por una parte, los simpatizantes del bando perdedor lo tenían tremendamente difícil para encontrar trabajo, comida o apoyo social en sus pueblos.
Por otra, la intervención militar del régimen franquista en
determinadas zonas, por ejemplo, a través del control y el toque de
queda en el monte, provocó graves problemas económicos
. “España es un
país muy montañoso, por lo que la actividad económica en el monte es muy
alta: ganadería, minería, ciertos cultivos o la industria resinera eran
clave en la época en regiones como Asturias,
Cantabria, Granada o Málaga”, recuerda.
“La declaración del estado de
emergencia debido a la actividad guerrillera implicaba que hubiese
patrullas de guardias civiles, la prohibición a los que trabajaban en el
monte de pernoctar allí o prohibir toda actividad económica, que
es catastrófico para estas zonas”.
En algunos casos, se llegó a
expulsar durante meses a toda una aldea para realizar batidas.
En
Acebuchal, Málaga, 40 familias fueron desalojadas entre 1948 y 1953.
Eso
supuso que centenares de familias quedasen en la ruina, lo que provocó,
junto a la hambruna, una constante migración a las capitales.
Es otra
más de las consecuencias que produjo la prolongación de la guerra
durante más de una década, un largo proceso que concluyó en 1952 de
forma silenciosa, una vez los rebeldes dejaron las armas, en parte
vencidos, en parte haciendo caso al consejo de Stalin, que en
1948 había recomendado al Partido Comunista Español dejar de centrarse
en la lucha armada para utilizar otras estrategias, como la infiltración en las estructuras del Estado.
La guerra había terminado y daba comienzo un largo invierno que, al sol
del desarrollismo de los años sesenta, se iría deshelando hasta la
muerte del dictador el 20 de noviembre de 1975.
Un violador en tu camino, de Las Tesis: cómo se convirtió en un himno feminista mundial
Te contamos cómo surgió.
*
La performance "Un violador en tu camino" del colectivo Las tesis empezó
como un acto callejero en Valparaíso, Chile, y le ha dado la vuelta al
mundo.
En tan solo unos días, la canción, su coreografía e iconografía se
convirtieron en un fenómeno mundial y multitudinario.
Ahora es un potente himno feminista que se volvió viral en redes
sociales y ha sido interpretada en decenas de ciudades del mundo,
incluyendo un evento con 10.000 mujeres en Santiago de Chile.