jueves, 5 de enero de 2023

Por el cinco de enero, cada enero ponia mi calzado cabrero a la ventana fría.

 


Por el cinco de enero, cada enero ponia mi calzado cabrero a la ventana fría. 

Y encontraba los dias que derriban las puertas, mis abarcas vacías, mis abarcas desiertas. 

Nunca tuve zapatos, ni trajes, ni palabras: siempre tuve regatos, siempre penas y  cabras. 

Me vistio la pobreza, me lamio el cuerpo el rio y del pie a la cabeza pasto fui del rocío.

 Por el cinco de enero, para el seis, yo queria que fuera el mundo entero una juguetería.-

Y al andar la alborada removiendo las huertas, mis abarcas sin nada, mis abarcas desiertas.

 Ningun rey coronado tuvo pie, tuvo gana para ver el calzado de mi pobre ventana.- 

Toda gente de trono, toda gente de botas se rio con encono de mis abarcas rotas.

 Rabie de llanto, hasta cubrir de sal mi piel, por un mundo de pasta y unos hombres de miel.

 Por el cinco de enero de la majada mia mi calzado cabrero a la escarcha salía.- 

Y hacia el seis, mis miradas hallaban en sus puertas mis abarcas heladas, mis abarcas desiertas. 

Miguel Hernández.




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