El exvicepresidente del Gobierno y presidente del FMI Rodrigo Rato ha abandonado la prisión madrileña de Soto del Real, en la que cumplía condena por el caso de las tarjetas black desde octubre de 2018, tras haber obtenido el tercer grado que le permite salir de la cárcel mediante control telemático.
A su salida, Rato, que ha estado acompañado por su mujer, que llegó al centro penitenciario 45 minutos antes, se ha acercado a los medios de comunicación para agradecer a los funcionarios de Soto del Real “su profesionalidad y su humanidad”. “Especialmente al padre Paulino y a las personas que le acompañan todos los domingos en la misa, que hacen una labor espléndida para todos los reclusos y todos los internos, así como para las ONGs con las que he podido colaborar mientras que he estado aquí”, ha señalado.
También se ha referido a sus compañeros, “especialmente a los del módulo 10”, en los que espera dejar “muy buen recuerdo”. “Les deseo a todos mucha suerte, justicia y libertad”.
"¡Dos años preso y 10 millones de euros al bolsillo!", el grito a Rodrigo Rato al salir de la cárcel de Soto del Real
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Rato entró la cárcel el 25 de octubre de 2018 después de que el Tribunal Supremo confirmara la condena impuesta por la Audiencia Nacional a cuatro años y medio por el caso de las tarjetas black de la extinta Caja Madrid.
El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional concedió el jueves este régimen de semilibertad porque Rato había cumplido desde el pasado diciembre más de un cuarto de su pena y esta misma semana fue absuelto por la salida a bolsa de Bankia, otro de sus frentes judiciales.
La sentencia de la Audiencia Nacional la salida a Bolsa de Bankia en 2011 que se conoció este martes absuelve a los 34 acusados. El juez José Castro afirma en su auto que es “razonable” haber esperado a conocer esta resolución debido a las “elevadas penas” (ocho años y medio de cárcel) que la Fiscalía solicitaba contra él por los delitos de falsedad contable y estafa a inversoras.
Pero una vez conocida la sentencia y teniendo en cuenta “factores positivos” de Rato como interno en el centro penitenciario, el juez de Vigilancia Penitenciaria entiende que se debe conceder el tercer grado.
Para ello, ha valorado que la mitad de la pena se cumplirá en enero de 2021, su “avanzada edad” –71 años–, las enfermedades coronarias que padece, que hay baja posibilidad de reincidencia, que los permisos de los que ha disfrutado no han tenido incidencia negativa y que abonó una multa y devolvió las cantidades por las black –unos 100.000 euros–.
A ello suma que Rato ha asumido la responsabilidad pecuniaria derivada de su condena por las tarjetas black, ya que abonó la multa como la responsabilidad civil directa y subsidiaria. Así, entiende que ha cumplido con la exigencia legal de reparación del daño establecido para los delitos económicos, ya que, en este caso, para la concesión grado no solo basta con el buen comportamiento en prisión o durante los permisos penitenciarios, según explica el auto.
El juez recuerda además que el exvicepresidente del Gobierno “ha pedido perdón de forma voluntaria pública y notoria antes de su inmediato ingreso en prisión”, una declaración que fue “emitida por numerosos medios de comunicación”.
A Rato aún le queda abierto un frente judicial en los juzgado de Madrid, donde el titular del Juzgado de Instrucción 31, Antonio Serrano-Arnal, investiga el origen presuntamente ilícito de su patrimonio. El magistrado abrió esta instrucción en 2015 por la presunta comisión de delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales y corrupción en los negocios por las irregularidades que podría haber cometido Rato a través de sus empresas.
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