Alrededor de 4,000 niños pasaron la Navidad arropados con mantas
térmicas y enjaulados por las autoridades de inmigración de Estados
Unidos, como parte de la política migratoria establecida por el
mandatario Donald Trump.
Miles más habrían celebrado la Nochebuena con sus familias padeciendo de las inclemencias del tiempo en alguno de los campos de concentración para refugiados que la misma administración del presidente Trump ha creado en la frontera con México al impedir que ingresen a Estados Unidos en busca de asilo.
El número de niños migrantes encarcelados en Estados Unidos habría
superado los 70,000 en el 2019, según datos oficiales, una cifra que
además de ser un récord es considerada por activistas como vergonzosa
para un país que predicta la defensa de los derechos humanos.
Esa cantidad de niños detenidos por inmigración llenaría la capacidad de un estadio de la NFL, señalan.
Además de la separación de miles de familias que buscan refugio,
durante el 2018 y el 2019 la política de encarcelamiento infantil que ha
promovido el presidente Trump ha dejado un saldo trágico de siete niños
muertos.
La condiciones insalubres en las que son enjaulados han sido reportadas en múltiples ocasiones,
al igual que la falta de atención médica y de alimentos, pero para el
presidente Trump esas denuncias son exageraciones de los medios de
comunicación, ya que para él, los centros de detención de inmigrantes
son “limpios y hermosamente administrados”.
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