* José Luis Martínez-Almeida (PP), saluda a Javier Ortega Smith (Vox).
En el Día Internacional contra la Violencia de Género los fascistas hicieron lo que se espera de ellos: pisotear las libertades civiles. Javier Ortega Smith (Vox), con ese aspecto que convenientemente uniformado bien podría recordar a un agente de la SS, quiso reventar el día… y Nadia Otmani le reventó en su cara acobardada su mezquindad.
El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid cumplió con las expectativas; el alcalde José Luis Martínez Almeida (PP) también, por mucho que quisiera maquillarlo abroncando al edil de extrema-derecha.
Ortega Smith, increpado por una mujer víctima de la violencia de género
El secretario general de Vox, Ortega Smith, ha sido increpado tras su
intervención en un acto en el Ayuntamiento de Madrid con motivo del Día
Internacional contra la Violencia de Género. Nadia Otmani, que lleva 20
años en silla de ruedas por los disparos de su cuñado cuando protegía a
su hermana, le ha recriminado su falta de empatía con las mujeres y con
los migrantes.
El grado de desfachatez de Martínez Almeida alcanza cotas
inimaginables cuando, después de abroncar al representante de la
extrema-derecha apuesta por un España Suma en la que Vox esté integrada. Eso es miserable.
Nos sobra cobardes como Ortega Smith
Nos sobran cobardes como Ortega Smtih. La mayoría de hombres queremos ser parte de la solución y acabar con la violencia machista.
Nos sobra cobardes como Ortega Smith
Nos sobran cobardes como Ortega Smtih. La mayoría de hombres queremos ser parte de la solución y acabar con la violencia machista.
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Haber aceptado llegar al poder aupado por la nueva Falange
fue venderse al diablo, abandonar el más mínimo vestigio de decencia
que le restara. Ahora bien, que después de asistir día a día a las
mentiras de Vox, al modo en que retuerce la realidad a su antojo con el único fin de desplegar su catálogo de soflamas fascistas, quiera seguir unido a la extrema-derecha, ¿en qué lugar lo deja?
Martínez Almeida, como el resto de colegas del PP que no dudan en
abrazar al fascismo para tocar el poder son, incluso, peores que esta
extrema-derecha; al menos ésta es auténtica porque, aunque arrastre el
complejo de no aceptar cuán fascista es, sí es auténtica en su discurso,
sin medias tintas.
Almeida y quienes son como él, en cambio,
quieren vestirse el traje demócrata mientras son cómplices de quienes
destruyen libertades civiles que tanto trabajo y sacrificio costó alcanzar. Y eso, repito, es miserable.
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