Sr, Rivera, llegó un 14 de abril a nuestro municipio.
Y lo hizo dentro
de lo que llamaba “En marcha por la Libertad” y para “plantar cara al
nacionalismo”.
Consideró que nuestro municipio representaba la dureza de
muchos años de violencia, y obvió el camino que nuestro municipio lleva
haciendo en los últimos años.
Creyó que Errenteria era el símbolo para defender la libertad, y se
olvidó que nuestro municipio ya está haciendo su camino de la libertad.
No preguntó, no quiso saber, no se preocupó si el acto que se celebraba
dificultaría el camino ya muy difícil de la reconstrucción social.
Simplemente vino, y quiso dar una lección a un municipio que pasó de ser
el símbolo de la violencia a ser el símbolo de la convivencia y la paz
hace ya unos años.
Así es. Nuestro municipio inició hace unos años un nuevo camino,
difícil, complicado, de construcción de la paz y la convivencia. Y
cuando hablo de nuestro municipio, me refiero a la totalidad de los
partidos políticos representados en el Ayuntamiento ahora y la pasada
legislatura.
Hablo de la ciudadanía en general. Hablo de las víctimas.
En definitiva, el camino de los últimos años ha conseguido aunar e
involucrar al conjunto de la ciudadanía, hasta el punto de sentirse
orgullosa del pueblo al que pertenece.
El proceso abierto en Errenteria se ha construido sobre la cercanía,
sobre los gestos, sobre la empatía.
Lo necesitábamos, yo también
personalmente, no ya tan solo por el futuro de nuestras hijas e hijos,
sino por nosotras y nosotros mismos, por nuestra vida.
Creo sinceramente
que el tiempo nos dará la perspectiva necesaria para entender la
envergadura de unos actos que hoy somos incapaces de dimensionar. Pero
creo también que lo experimentado en Errenteria es de una grandeza
humana que encuentra difícil comparación.
En Errenteria estamos siendo capaces de escribir lo ocurrido en nuestro
pasado reciente, y lo estamos haciendo cargados de un inmenso dolor que
aún llevamos dentro.
En Errenteria hemos decidido que el futuro lo
tenemos que construir entre todas y todos, que aquí no sobra nadie, que
nos dimos la espalda durante demasiado tiempo. En Errenteria estamos
intentando construir un proyecto común para que personas de diferente
sentimiento identitario y de pertenencia podamos compartir un nuevo
futuro.
Y créame si le digo que no es fácil, porque al inmenso dolor
generado por la violencia se suma la falta de comunicación en muchos
años de comunidades identitarias diversas. Fíjese, estamos intentando
construir una nueva colectividad sobre la diferencia, incluso
incorporando esas nuevas identidades que aparecen en nuestras sociedades
en este siglo XXI caracterizado por la migración.
He seguido con gran atención las palabras que pronunció en el acto
celebrado en Errenteria.
Su llamamiento a la libertad, y su defensa de
un concepto de libertad que quiso trasladar a nuestro municipio. Sin
embargo, insisto, creo que no se percató de que nuestro municipio ya
esta en proceso de construir su propia libertad.
Y es un proceso
colectivo, compartido, que no es fácil pero que ya esta dando sus
frutos. ¿Y es que acaso no debería de ser eso la libertad, es decir, la
consecuencia de un proceso de construcción colectiva entre diferentes?
¿O es que acaso, y lo digo con el máximo de los respetos, el futuro de
libertad de nuestro municipio tiene que construirse sobre su visión y
concepto de la libertad?
Créame si le digo que en esa construcción de la
libertad que nuestro municipio esta llevando a cabo también entra
usted.
Hace ya unos cuantos años que Errenteria mira al futuro, y sólo mira al
pasado para ayudar a cerrar heridas que ayuden a su vez a construir el
futuro. Hay demasiadas personas haciendo un enorme esfuerzo, incluso
emocional, demasiadas horas dedicadas a todo esto, para que echemos a
perder todo lo construido. Por mucho que todavía sea frágil, no
permitiremos que se rompa.
Esa era mi preocupación por el pasado domingo: que lo construido no se
rompiera. E hicimos un especial esfuerzo para que eso no ocurriera. Y
ahora volvemos a estar con el nombre de nuestro municipio en todos los
medios de comunicación, con una imagen tergiversada, y una denuncia ante
la fiscalía que tiene el riesgo de hacernos retroceder a tiempos
pasados.
Y no queremos, no queremos volver al pasado, porque el pasado
ha sido demasiado duro. Y no volveremos, no volveremos al pasado, porque
la determinación de nuestro municipio ya no tiene vuelta atrás.
Termino Sr. Rivera, trasladándole una invitación para que vuelva a venir
a nuestro municipio, pero esta vez fuera de periodos electorales y sin
actos de campaña, acompañado si quiere por este Alcalde, a fin de
conocer la realidad de nuestro municipio que creo dista mucho del
concepto que usted pueda llegar a tener.
Si quiere construir un futuro
sobre el respeto y la libertad, le esperamos en Errenteria.
Julen Mendoza, alcalde de Errenteria (en El Diario Vasco)
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