No
obstante, el propio contenido de la propuesta, el objetivo de incluirla
como parte del proceso de formación en Enseñanza Media y Bachillerato, y
la autoría de la misma, ponen de manifiesto que el PNV no solo se
propone erigirse como principal gestor de la memoria de ETA, sino que tiene el objetivo de convertirla en oficial.
Con
ello, lo que pretende el gobierno vasco no es tanto blanquear la
memoria de ETA, sino su propio pasado de complicidad, connivencia,
cuando no de colaboración directa con el terrorismo durante todo este
periodo.
¿Qué es Herenegun?
Herenegun
significa “anteayer” y pone nombre a un programa educativo sobre la
historia reciente de Euskadi. Es decir, lo que sucedió “anteayer”.
En el documento presentado se afirma que el objetivo es “dar un paso sólido para insertar el periodo correspondiente a lo que se conoce como Memoria Reciente (1960-2018) en el currículo de asignaturas ordinarias y obligatorias de Geografía e Historia, de 4º de DBH-ESO; y de Historia de España y del País Vasco, de 2º de Bachillerato” para, a continuación, formular que “[l]a propuesta que se presenta tiene por objeto servir de base a una experiencia piloto, tras cuya evaluación se preparará el siguiente paso: la extensión de la oferta de este material educativo al conjunto del sistema educativo ”.
En su elaboración han participado Gogora (Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos), la Secretaría General de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación, y el Departamento de Educación del Gobierno Vasco. Es decir, se trata de una apuesta de ejecutivo vasco por impulsar la inclusión en la educación de las próximas generaciones de un determinado abordaje del periodo que, en esencia, engloba la actividad de ETA.
Herenegun es un intento, por parte de un sector de la burguesía vasca, de lobotomizar la memoria de las primeras generaciones que no han conocido el terrorismo de ETA
Se trata, pues, de un diseño que viene del PNV, no de los sectores más proetarras o más vinculados a la izquierda abertzale, que se han opuesto a la iniciativa, y que, en realidad, llevan diseñando desde hace tiempo, tal como afirman sus autores cuando dicen que “[e]sta iniciativa no surge de un impulso espontáneo, sino de un proceso de construcción ordenada de herramientas educativas, que tiene, al menos, cuatro referencias: el Plan Heziberri, la evaluación del Plan de Paz y Convivencia 2013-2016, el Plan de Actuación de Gogora 2017-2020 y, finalmente, el Programa Complementario de Educación en Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación 2017-2020.
Estamos, por tanto, ante el cumplimiento de un compromiso documentado y justificado en una trayectoria de trabajo en diferentes líneas de actuación que confluyen en el universo educativo y en la conveniencia de abordar el estudio de nuestra historia reciente.”
A pesar del rechazo de todos los grupos y de la soledad del PNV en la defensa de esta iniciativa, responsables de la misma han afirmado que piensan mantenerla con el argumento de que “la alternativa al relato en las aulas no puede ser el no relato” y anuncian que “el gobierno establecerá vasco dos límites infranqueables en su propuesta definitiva: no aceptar nada que suponga la legitimación del terrorismo de ETA y no excluir en el programa a los demás terrorismos que existieron en Euskadi”.
Pero
cuando se concentran los contenidos, lo que puede leerse en es que
“Dentro del Plan Heziberri 2020, el planteamiento específico del
currículo de Ciencias Sociales, establece una serie de líneas que
podrían resumirse en cuatro grandes ejes:
La evolución del sistema político
El final del franquismo y el principio de la Transición
La Constitución española y el estado de las autonomías
El Estatuto de Gernika y el desarrollo de las instituciones vascas hasta hoy.
Nacimiento de ETA y su historia de terrorismo hasta su final.
Terrorismo del GAL y grupos similares, y otras vulneraciones de derechos humanos.
La perspectiva de las víctimas del terrorismo y la violencia.”
Y propone que se apoye, como soporte audiovisual, en Las huellas perdidas,
“cinco documentales de una hora sobre memoria crítica del pasado,
ordenados por décadas, desde 1960 hasta 2011.
Esta serie se estrenó en
2016 y fue el resultado del acuerdo de colaboración, en la anterior
legislatura, entre EiTB y la Secretaría General para la Paz y la
Convivencia del Gobierno Vasco”.
¿Qué es realmente la propuesta Herenegun?
La propuesta Herenegun es un intento por parte de un sector de la burguesía vasca de lobotomizar la memoria de las primeras generaciones que no han conocido el terrorismo de ETA. Y es especialmente significativo, porque, en su contenido, la responsabilidad del PNV, la relación que ha mantenido con la organización terrorista, sencillamente no aparece. Todo el mundo sabe que dentro del PNV hay, como mínimo, dos posiciones ante ETA que se han manifestado históricamente.
El problema es que, durante mucho tiempo, el sector encabezado por Arzallus, Ibarretxe, Egibar, etc. desarrolló un discurso de clara complicidad con los terroristas. Esta trayectoria permite preguntarse qué nivel de responsabilidad directa tiene el PNV más reaccionario en la pervivencia de ETA, qué papel ha jugado a la hora combatirla y en qué medida la historia del PNV está ligada estrechamente a la historia de ETA.
La alternativa no es la ausencia del relato, sino un relato donde ni ETA ni el PNV puedan salir blanqueados de su responsabilidad
El PNV, cuando habla de ETA, quiere asociarla a la lucha antifranquista, como si en el resto de España no hubiera existido esa lucha.
No se explica, por tanto, por qué en Euskadi surge ETA y no en Andalucía, Galicia, o cualquier otro lugar.
Quiere hablar de “violencia” y de “derechos humanos” convirtiendo la “socialización del terror” en la “socialización del sufrimiento”, para que todo parezca lo mismo.
Y diluye a las víctimas del terrorismo, aquellas a las que un etarra les asesinó a un familiar, con la idea de “la perspectiva de la víctimas del terrorismo y de la violencia”.
Parece todavía muy pronto para
escribir una historia de ETA con la perspectiva que da la historia.
Pero la alternativa no es la ausencia del relato, sino un relato donde ni ETA ni el PNV puedan salir blanqueados de su responsabilidad en todo lo que ha ocurrido en el último periodo.
Y, mucho menos, convertir ese relato en la “historia oficial” que leerán las generaciones venideras.
La batalla de la memoria no ha hecho nada más que comenzar. Por esa razón, la propuesta Herenegun no es que quiera blanquear la memoria de ETA, es que quiere blanquear la del PNV.
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