En medio de polémicas internas y una ciudad capital distraída con el cierre parcial de gobierno, la
tercera Marcha de Mujeres regresó el sábado a Washington con su ira y
desafío incólumes contra la Casa Blanca del presidente Donald Trump.
La primera marcha que tuvo lugar en 2017, al día siguiente de que Trump asumiera la presidencia, colmó la ciudad de manifestantes con gorras color de rosa. El número exacto de participantes continúa siendo tema de fuerte debate político, pero en general se le considera la protesta más grande en Washington desde la Guerra de Vietnam.
Este año, la movilización fue menor por diversas razones. Unas 100.000 mujeres atestaron varias cuadras alrededor de la Plaza de la Libertad, al este de la Casa Blanca, para escenificar una protesta todo el día. En más o menos una hora, la marcha recorrió unas cuatro cuadras hacia el oeste por la Avenida Pennsylvania, pasó por el Trump International Hotel, dio la vuelta y regresó a la Plaza de la Libertad.
Las organizadoras habían solicitado permiso para unas 500.000
participantes aun cuando consideraron desde antes que habría menor
afluencia.
De acuerdo con el plan inicial, las manifestantes tenían previsto reunirse en el National Mall, el parque de monumentos nacionales de la capital estadounidense.
Pero debido al
pronóstico del tiempo de que habría nieve y lluvia helada, y la
inactividad del Servicio de Parques Nacionales para retirar la nieve,
las organizadoras cambiaron el jueves el lugar y la ruta de la marcha.
Un cartel decía: “Las mujeres fuertes solo temen a los
hombres débiles”. Otro rezaba: “HUMOR: Todavía muy furiosas por
Kavanaugh”.
Sin embargo, resultó que el clima estuvo frío pero agradable, y las manifestantes conservaron su conocida postura de camaradería entre hermanas e ira desafiante contra Trump y la estructura mayor del poder.
Como siempre, el gobierno de Trump fue blanco directo de la mayoría de los reclamos, incluido el más reciente derivado de la confirmación de Brett Kavanaugh como magistrado de la Corte Suprema en el otoño a pesar de las acusaciones en su contra de mala conducta sexual cuando fue estudiante de secundaria.
Marchas paralelas tuvieron lugar en decenas de ciudades en el país. En Los Ángeles, centenares se reunieron en la Plaza Pershing y marcharon al Grand Park, en una movilización que aumentó a miles de personas.
(Con información de AFP)
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