En apenas 24 horas tanto el Partido Popular como Ciudadanos, los dos
partidos que se han envuelto en la bandera de España y que están
utilizando la Constitución como arma arrojadiza contra el Gobierno y
Cataluña, han atacado con sus decisiones tanto al país como a la Carta
Magna con su apoyo a la derecha fascista de Vox y con el veto a la senda
de déficit planteada por el Ejecutivo que resta recursos económicos a
la aplicación de derechos fundamentales
El ansia de poder de dos de los tres hijos políticos de José María Aznar ha tenido como consecuencia que la teórica derecha democrática se haya salido de los cauces constitucionales y del respeto a los derechos humanos para lanzarse a los brazos de un partido que desprecia los elementos mínimos de la democracia.
Pablo Casado ya afirmó que un pacto con Vox era «una gran oportunidad» y se congratulaba al confirmar su deseo de que lo ocurrido en Andalucía fuera el reflejo del futuro mapa político en España.
Albert Rivera, por su parte, ha intentado que no se le vinculara al partido ultrafascista pero sin éxito. Su estrella mediática y futuro candidato a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, dio una lección de dignidad democrática a todo el partido naranja al afirmar que «Es mejor perder votos, o incluso el gobierno, que traicionar las propias convicciones y los valores democráticos» o «Todo acuerdo programático o de gobierno con Vox sería, en cambio, un error político y una incongruencia moral.
"C´s, centroizquierda; PP, centroderecha, Vox, derecha"
*
"Ciudadanos es centroizquierda, el PP centroderecha y VOX derecha. La gente es, por encima de todo, española y se ha cansado de que la izquierda se meta con la gente normal, los toros, los católicos, con todo, con radicalismo". Isabel Díaz Ayuso, vicesecretaria de comunicación del PP.
Sería incompatible con los valores
europeos que muchos de nosotros defendemos»
. Sin embargo, nada ha frenado a Rivera para permitir que Juan Marín se apoyara en Vox para entrar en el futuro gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla.
La derecha española cada día se aleja más de la democracia, de la Constitución que utilizan como ariete en su discurso ultra patriótico, del espíritu de la Transición que ponen como escudo para evitar las reformas imperiosas que precisa el país.
Por esta razón, el pacto con Vox de Rivera y Casado no es más que una traición a las propias esencias de la democracia porque llegar a consensos con quien, precisamente, pretende destruir el sistema político de libertades y derechos, no es otra cosa que una versión actual del recibimiento de Bruto y Casio a Julio César en las puertas del Senado romano.
José Antonio Gómez
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