El hombre forzó al pequeño Gabriel, del que pensaba que era homosexual, a
comer heces y a dormir atado y amordazado en un armario. Los servicios
de emergencias se lo encontraron inconsciente dos días antes de su
muerte, con el cráneo fracturado, las costillas rotas y pequeñas bolas
de pistola alojadas en su entrepierna.
Un estadounidense ha sido condenado a muerte este jueves por torturar a muerte al hijo de 8 años de su novia, que fue golpeado, obligado a pasar hambre y a dormir en un armario hasta su muerte en 2013. Además, Pearl Fernández, la madre del menor de 34 años, ha sido condenada a cadena perpetua, en cuya sentencia el juez de la Corte Superior de Los Ángeles calificó sus acciones de "malvadas".
La pareja fue arrestada en 2013 después de que agentes de los servicios de emergencia acudieran a su casa en Palmdale, a una hora y media al noreste de Los Ángeles, donde encontraron a Gabriel inconsciente, con el cráneo fracturado, las costillas rotas y pequeñas bolas de pistola alojadas en su entrepierna. Murió dos días después.
Los fiscales dijeron durante el juicio de Isauro Aguirre, el padrastro del niño, que el hombre de 37 años torturó al niño porque creía que era gay, y forzó a Gabriel a comer heces y a dormir atado y amordazado en un armario.
El caso desencadenó múltiples reformas de bienestar infantil en Los Ángeles y se procesó a varios trabajadores sociales que dejaron la custodia de Gabriel a su madre a pesar de varias investigaciones sospechosas de abuso infantil.
La madre y el novio de los EE. UU. Torturaron a su hijo hasta la muerte porque pensaban que era homosexual
El juez sentenció el jueves a una madre de California a cadena perpetua y le dio la pena de muerte a su novio por el asesinato "más allá de animal" del hijo de ocho años de la mujer, que según los fiscales fue torturado hasta la muerte porque la pareja creía que era homosexual.
Gabriel fue golpeado repetidas veces, muerto de hambre, atado, encerrado en un armario, disparado con una pistola de aire comprimido y una vez le pincharon los dientes con un bate, dijo el juez.
El niño también tenía una fractura de cráneo, costillas rotas y quemaduras en todo su cuerpo.
"No hace falta decir que la conducta fue horrenda e inhumana y nada menos que maldad", dijo Lomeli. "Está más allá de lo animal porque los animales saben cómo cuidar a sus crías".
La madre de Gabriel, Pearl Fernández, de 34 años, se declaró culpable de asesinato en febrero por la muerte de su hijo. Un jurado encontró a su novio, Isauro Aguirre, de 37 años, culpable de asesinato el año pasado y descubrió que lo había torturado intencionalmente.
Fernández llamó al 911 el 22 de mayo de 2013 para informar que su hijo no respiraba. Ella le dijo a los diputados que respondieron que se había caído y se golpeó la cabeza con un tocador.
Murió dos días después por traumatismo y negligencia, descubrió la oficina del forense.
Los hermanos de Gabriel testificaron que Fernández y Aguirre lo llamarían homosexual, lo castigarían si jugaba con muñecas y lo obligaron a llevar ropa de niña a la escuela.
La maestra de primer grado de Gabriel, Jennifer García, se dirigió a la corte con lágrimas en los ojos antes de la sentencia del jueves, diciendo que piensa en él todos los días y que solo quería ser amado.
"Me reconforta creer que ahora está en paz", dijo García. "Y sé que a diferencia de él, sus abusadores nunca tendrán paz. Tendrán que soportar toda una vida de sufrimiento, y sé que no estoy solo con la esperanza de que experimenten el mismo abuso en su vida o algo peor ".
Fernández, inexpresiva, habló brevemente durante la audiencia en la corte, diciendo que lo sentía y deseaba que Gabriel estuviera vivo. Ella también criticó a los familiares que han hablado de su dolor por Gabriel, diciendo que solo quieren la fama.
Un capellán de la cárcel que se ha reunido con Fernández le dijo a la corte que amaba a su hijo y que es una mujer diferente hoy que cuando entró a la cárcel.
Varias agencias investigaron acusaciones de abuso previas a la muerte de Gabriel. En varias ocasiones, los investigadores concluyeron que no había evidencia de abuso.
Desde entonces, los fiscales han presentado cargos por abuso infantil y falsificación de registros contra cuatro trabajadores sociales del condado en la muerte de Gabriel.
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