Salvados - Ciudadano Klinex * Programa completo * La crisis profundiza la brecha laboral entre el norte y el sur de España
La intervención de Anguita en "Salvados", en portada de todos los periódicos
Julio Anguita: El rescate
Ya es paradójico que se denomine rescate a una operación de nuevo endeudamiento en la que al prestatario se le van a imponer unas condiciones que, mutatis mutandis, superan a las impuestas a Antonio por parte del usurero judío Shylock en el drama de Shakespeare El mercader de Venecia.
El que el presidente del Gobierno retrase la petición del ya asumido rescate a fechas posteriores a las elecciones gallegas indica el nivel de bajo mínimos al que se ha llegado en cuestiones de ética política. Se quejarán después de la desconfianza generalizada hacia todo aquello que suene a político o a política.
La opinión pública se está instalando en un escenario en el que se esperan nuevas medidas de ajuste; no hace falta tal hipótesis. Serán más duras, pero en absoluto nuevas. El Programa Nacional de Reformas aprobado en el Consejo de Ministros de 27 de abril del presente año que a su vez se inspiraba en el Consejo Europeo de marzo anterior desarrolla una amplísima batería de medidas que todavía no aplicadas. El que se apliquen y desarrollen bajo el manto y excusa del rescate no hace sino destacar las sinuosidades de la acción del Gobierno.
Por otra parte, el rescate también servirá de excusa y tapadera para insistentes peticiones de proseguir la senda iniciada por parte de Merkel, el FMI, Obama o el BCE. Se reducirán las cotizaciones sociales a empresarios, se facilitarán aún más los despidos, se modificarán las bases para el cálculo de las pensiones, disminuirán las prestaciones por desempleo, se recortarán las condiciones de los empleados públicos, etc. Y cuando la demanda agregada esté ya en caída libre se tocarán las pensiones.
No, no estamos ante un rescate , sino ante el secuestro de una nación perpetrado por los poderes que usan las siglas europeas a modo de antifaz. Un secuestro con la colaboración activa del Gobierno so capa de una quimera propia de orates: crear empleo deprimiendo la economía. En España hay leyes pero al servicio de la liquidación del Estado de Derecho.
Julio Anguita. Excoordinador general de IU.
El que el presidente del Gobierno retrase la petición del ya asumido rescate a fechas posteriores a las elecciones gallegas indica el nivel de bajo mínimos al que se ha llegado en cuestiones de ética política. Se quejarán después de la desconfianza generalizada hacia todo aquello que suene a político o a política.
La opinión pública se está instalando en un escenario en el que se esperan nuevas medidas de ajuste; no hace falta tal hipótesis. Serán más duras, pero en absoluto nuevas. El Programa Nacional de Reformas aprobado en el Consejo de Ministros de 27 de abril del presente año que a su vez se inspiraba en el Consejo Europeo de marzo anterior desarrolla una amplísima batería de medidas que todavía no aplicadas. El que se apliquen y desarrollen bajo el manto y excusa del rescate no hace sino destacar las sinuosidades de la acción del Gobierno.
Por otra parte, el rescate también servirá de excusa y tapadera para insistentes peticiones de proseguir la senda iniciada por parte de Merkel, el FMI, Obama o el BCE. Se reducirán las cotizaciones sociales a empresarios, se facilitarán aún más los despidos, se modificarán las bases para el cálculo de las pensiones, disminuirán las prestaciones por desempleo, se recortarán las condiciones de los empleados públicos, etc. Y cuando la demanda agregada esté ya en caída libre se tocarán las pensiones.
No, no estamos ante un rescate , sino ante el secuestro de una nación perpetrado por los poderes que usan las siglas europeas a modo de antifaz. Un secuestro con la colaboración activa del Gobierno so capa de una quimera propia de orates: crear empleo deprimiendo la economía. En España hay leyes pero al servicio de la liquidación del Estado de Derecho.
Julio Anguita. Excoordinador general de IU.
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