¿Qué es el Día de la mujer? ¿Es realmente necesario? ¿No es una
concesión a las mujeres de clase burguesa, a las feministas y
sufraguistas? ¿No es dañino para la unidad del movimiento obrero? Esas
cuestiones todavía se oyen en Rusia, aunque ya no en el extranjero. La
vida misma le ha dado una respuesta clara y elocuente a estas preguntas.
El día de la mujer es un eslabón en la larga y sólida cadena de la mujer en
el movimiento obrero.
El ejército organizado de mujeres trabajadoras
crece cada día. Hace veinte años las organizaciones obreras sólo tenías
grupos dispersos de mujeres en las bases de los partidos obreros…
Ahora
los sindicatos ingleses tienen más de 292.000 mujeres sindicadas; en
Alemania son alrededor de 200.000 sindicadas y 150.000 en el partido
obrero, en Austria hay 47.000 en los sindicatos y 20.000 en el partido.
En todas partes, en Italia, Hungría, Dinamarca, Suecia, Noruega y Suiza,
las mujeres de la clase obrera se están organizando a sí mismas.
El
ejército de mujeres socialistas tiene casi un millón de miembros. ¡Una
fuerza poderosa! Una fuerza con la que los poderes del mundo deben
contar cuando se pone sobre la mesa el tema del coste de la vida, el
seguro de maternidad, el trabajo infantil o la legislación para proteger
a las trabajadoras.
Hubo un tiempo en el que los hombres trabajadores pensaron que deberían
cargar ellos solos sobre sus hombros el peso de la lucha contra el
capital, pensaron que ellos solos debían enfrentarse al «viejo mundo»
sin el apoyo de sus compañeras.
Sin embargo, como las mujeres de clase
trabajadora entraron en las filas de aquellos que vendían su trabajo a
cambio de un salario, forzadas a entrar en el mercado laboral por
necesidad, porque su marido o padre estaba en el paro, los trabajadores
empezaron a darse cuenta de que dejar atrás a las mujeres entre las
filas de «no-conscientes» era dañar su causa y evitar que avanzara.
¿Qué
nivel de conciencia posee una mujer que se sienta en el fogón, que no
tiene derechos en la sociedad, en el estado o en la familia? ¡Ella no
tiene ideas propias! Todo se hace según ordena su padre o marido…
El retraso y falta de derechos sufridos por las mujeres, su dependencia e
indiferencia no son beneficiosos para la clase trabajadora, y de hecho
son un daño directo hacia la lucha obrera.
¿Pero cómo entrará la mujer
en esa lucha, como se la despertará?
La socialdemocracia extranjera no encontró la solución correcta
inmediatamente. Las organizaciones obreras estaban abiertas a las
mujeres, pero sólo unas pocas entraban. ¿Por qué?
Porque la clase
trabajadora al principio no se percató de que la mujer trabajadora es el
miembro más degradado, tanto legal como socialmente, de la clase
obrera, de que ella ha sido golpeada, intimidada, acosada a lo largo de
los siglos, y de que para estimular su mente y su corazón se necesita
una aproximación especial, palabras que ella, como mujer, entienda.
Los
trabajadores no se dieron cuenta inmediatamente de que en este mundo de
falta de derechos y de explotación, la mujer está oprimida no sólo como
trabajadora, si no también como madre, mujer. Sin embargo, cuando los
miembros del partido socialista obrero entendieron esto, hicieron suya
la lucha por la defensa de las trabajadoras como asalariadas, como
madres, como mujeres.
Los socialistas en cada país comienzan a demandar una protección
especial para el trabajo de las mujeres, seguros para las madres y sus
hijos, derechos políticos para las mujeres y la defensa de sus
intereses.
Cuanto más claramente el partido obrero percibía esta dicotomía
mujer/trabajadora, más ansiosamente las mujeres se unían al partido, más
apreciaban el rol del partido como su verdadero defensor y más
decididamente sentían que la clase trabajadora también luchaba por sus
necesidades.
Las mujeres trabajadoras, organizadas y conscientes, han
hecho muchísimo para elucidar este objetivo. Ahora el peso del trabajo
para atraer a las trabajadoras al movimiento socialista reside en las
mismas trabajadoras. Los partidos en cada país tienen sus comités de
mujeres, con sus secretariados y burós para la mujer.
Estos comités de
mujeres trabajan en la todavía gran población de mujeres no conscientes,
levantando la conciencia de las trabajadoras a su alrededor. También
examinan las demandas y cuestiones que afectan más directamente a la
mujer: protección y provisión para las madres embarazadas o con hijos,
legislación del trabajo femenino, campaña contra la prostitución y el
trabajo infantil, la demanda de derechos políticos para las mujeres, la
campaña contra la subida del coste de la vida…
Así, como miembros del partido, las mujeres trabajadoras luchan por la
causa común de la clase, mientras al mismo tiempo delinean y ponen en
cuestión aquellas necesidades y sus demandas que les afectan más
directamente como mujeres, amas de casa y madres. El partido apoya esas
demandas y lucha por ellas… Estas necesidades de las mujeres
trabajadoras son parte de la causa de los trabajadores como clase.
En el día de la mujer las mujeres organizadas se manifiestan contra su
falta de derechos. Pero algunos dicen ¿por qué está separación de las
luchas de las mujeres? ¿Por qué hay un día de la Mujer, panfletos
especiales para trabajadoras, conferencias y mítines? ¿No es, en fin,
una concesión a las feministas y sufraguistas burguesas? Sólo aquellos
que no comprendan la diferencia radical entre el movimiento de mujeres
socialistas y las sufraguistas burguesas pueden pensar de esa manera.
¿Cuál es el objetivo de las feministas burguesas? Conseguir las mismas
ventajas, el mismo poder, los mismos derechos en la sociedad capitalista
que poseen ahora sus maridos, padres y hermanos. ¿Cuál es el objetivo
de las obreras socialistas? Abolir todo tipo de privilegios que deriven
del nacimiento o de la riqueza. A la mujer obrera le es indiferente si
su patrón es hombre o mujer.
Las feministas burguesas demandan la igualdad de derechos siempre y en
cualquier lugar. Las mujeres trabajadoras responden: demandamos derechos
para todos los ciudadanos, hombres y mujeres, pero nosotras no sólo
somos mujeres y trabajadoras, también somos madres. Y como madres, como
mujeres que tendremos hijos en el futuro, demandamos un cuidado especial
del gobierno, protección especial del estado y de la sociedad.
Las feministas burguesas están luchando para conseguir derechos
políticos: también aquí nuestros caminos se separan: para las mujeres
burguesas, los derechos políticos son simplemente un medio para
conseguir sus objetivos más cómodamente y más seguramente en este mundo
basado en la explotación de los trabajadores. Para las mujeres obreras,
los derechos políticos son un paso en el camino empedrado y difícil que
lleva al deseado reino del trabajo.
Los caminos seguidos por las mujeres trabajadoras y las sufraguistas
burguesas se han separado hace tiempo. Hay una gran diferencia entre sus
objetivos. Hay también una gran contradicción entre los intereses de
una mujer obrera y las damas propietarias, entre la sirvienta y su
señora… Así pues, los trabajadores no deberían temer que haya un día
separado y señalado como el Día de la Mujer, ni que haya conferencias
especiales y panfletos o prensa especial para las mujeres.
Cada distinción especial hacia las mujeres en el trabajo de una
organización obrera es una forma de elevar la conciencia de las
trabajadoras y acercarlas a las filas de aquellos que están luchando por
un futuro mejor. El Día de la Mujer y el lento, meticuloso trabajo
llevado para elevar la auto-conciencia de la mujer trabajadora están
sirviendo a la causa, no de la división, sino de la unión de la clase
trabajadora.
Dejad que un sentimiento alegre de servir a la causa común de la clase
trabajadora y de luchar simultáneamente por la emancipación femenina
inspire a las trabajadoras a unirse a la celebración del Día de la
Mujer.
Escrito: En 1913.
Publicado por
JL F