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miércoles, 12 de octubre de 2022

12 de OCTUBRE nada que celebrar

 

 


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12 de  OCTUBRE nada que celebrar



 

viernes, 9 de septiembre de 2022

QUE ES LA OPERACION 'LONDON BRIDGE' ACTIVADA TRAS LA MUERTE DE ISABEL ll

 


De la ola de huelgas que hay en estos momentos en Inglaterra no nos contarán nada, pero de la muerte de una reina lo vamos a saber todo. 

Es la libertad de prensa. 

 QUE ES LA OPERACION 'LONDON BRIDGE' ACTIVADA TRAS LA MUERTE DE ISABEL I I
 

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miércoles, 13 de julio de 2022

La izquierda española y los nacionalismos


 La izquierda española y los nacionalismos

Se trata de reflexionar sobre la manifiesta división de la izquierda en España a lo largo de las fracturas nacionales. 

 El «no nacionalismo» de la izquierda deriva del vetusto y venerable principio del internacionalismo proletario o de una especie de ilustrada prédica moderna sobre cómo la integración europea está acabando con los estados nacionales. 

Siendo distinto su origen, no lo son sus objetivos: la idea del «no nacionalismo» es oponerse a los nacionalismos periféricos de izquierdas. A éstos se les dice que son teóricamente inconsistentes, pues la izquierda no es compatible con forma alguna de nacionalismo o que son anacrónicos, por ir contra el espíritu europeo supraestatal del tiempo.  

Para dar verosimilitud a su afirmación de no nacionalismo, la izquierda española echó mano hace unos años a un concepto que, a su entender, podría darle contenido: el patriotismo constitucional. 

La lealtad no se debía a la nación, concepto resbaladizo, etnicista y sospechoso, sino a la Constitución, esto es, a las reglas del juego civilizado que articulan una sociedad democrática. Tan resplandeciente le parecía el hallazgo que invitaba a las izquierdas periféricas a seguir su ejemplo. 

 Pero éstas no tomaron la senda constitucional, como Fernando VII. 

La Constitución no había generado la nación, sino que era la nación la que se dotaba de una Constitución.

 Una Constitución de la nación española en la que los nacionalistas periféricos de izquierda no se sentían reflejados. 

Y la cosa se puso ya imposible cuando el PP en su congreso de 2002, en plena borrachera de poder, decidió hacer suya la idea: «Entendemos el patriotismo constitucional como el vínculo democrático entre españoles, titulares en común de la soberanía, que agrupados en torno a las libertades de la Constitución forman una nación cívica y plural. 

Afirmamos que España es una nación plural», decía el señor Piqué, corredactor de la ponencia ideológica.

  «Nación plural» es una contradicción en los términos. Sirve para disfrazar una intención impositiva de la nación española única sobre las demás. 

Así las cosas, el concepto de «patriotismo constitucional» era inutilizable para la izquierda, que se veía obligada a reconocer su nacionalismo.

 Pero lo hacía proclamándose heredera de uno liberal (los gramscianos lo radicalizarían en lo «nacional-popular») que ha estado siempre presente en nuestra historia, aunque generalmente sojuzgado y perseguido por el otro nacionalismo tradicionalista, autoritario, no democrático.

 La idea era que ese nacionalismo Guadiana liberal español sí tenía razón de ser y en él debieran confluir los nacionalismos periféricos de la izquierda. 

 La negativa de éstos a integrarse en el nacionalismo liberal de amplio seno liquida toda mixtificación y deja al desnudo la cuestión decisiva del debate, su elemento discriminante: el derecho de autodeterminación. 

Tal es el núcleo de la discordia. ¿Está la izquierda española dispuesta a reconocer el derecho de autodeterminación de vascos, catalanes y gallegos? 

A esta pregunta he visto muchas respuestas que, además, han variado a lo largo de los años, pero no es exagerado decir que, al día de hoy, la contestación es mayoritariamente que no. 

 Para justificar la negativa, la izquierda española dispone de una batería de argumentos que no ha lugar a analizar aquí pero sí pueden enumerarse. 

Se aduce que no existen los derechos subjetivos; que no hay un titular definido del derecho (pues no se sabe quién componga el «pueblo vasco» o el «pueblo catalán» y por qué no haya de ser sujeto el «pueblo ampurdanés» o el «pueblo alavés»); que, sean quienes sean los pueblos catalán, vasco, etc. ya se han autodeterminado como partes del pueblo español; que la autodeterminación es un derecho que dejará de serlo el día en que se materialice como independencia; y que no cabe reconocerlo porque España no sobreviviría a su ejercicio.

  En muy buena medida, los derechos son decisiones políticas porque, aunque se hagan arrancar de la naturaleza humana misma, anterior a toda forma política (si eso tiene algún sentido), sólo se pueden ejercer como producto de una voluntad política. 

Habrá, pues, derecho de autodeterminación si existe voluntad política de que lo haya, pues las razones sustantivas en su contra no son determinantes. 

El problema es que no es lo mismo cuando uno recaba el derecho de autodeterminación para sí, para decidir sobre su integración en un orden político superior, que cuando hay que reconocérselo a otro que puede ejercerlo en contra de uno.

 Eso es más difícil. Por ello la izquierda nacionalista periférica es partidaria de la autodeterminación y la izquierda española, no.  

La cuestión es si eso no es un error. No consigo comprender que la izquierda propugne una idea de nación que no sea voluntaria y sí impositiva y autoritaria. Que se haya dado en el pasado (baste revisar el patriotismo gran-ruso estalinista) y que se siga dando es obvio. 

Pero no menos erróneo. Una sociedad no puede ser libre si alguno de los elementos que la componen está en ella a la fuerza. Y la forma más segura de garantizar la voluntariedad de un acuerdo es que las partes tengan siempre el derecho de salir de él. 

Tal es mi idea de la izquierda: puedo ser (y soy) nacionalista de una nación que reconoce a sus componentes el derecho a separarse de ella. 

 El único argumento de cierto peso que parece haber en contra del reconocimiento del derecho de autodeterminación es la cuestión de si su hipotético titular está dispuesto, a su vez, a reconocérselo a sus partes componentes contra él mismo.

 Pero ese es un asunto que compete a los respectivos nacionalismos «periféricos», no al español que, si es de izquierdas, partirá de una idea de nación española libre y voluntaria, garantizada por el derecho de autodeterminación de las partes que la componen.  * Escritor y catedrático de Ciencia Política en la UNED

La izquierda española y los nacionalismos  

 Las izquierdas en las tres nacionalidades llamadas «periféricas» tienen una clara tendencia nacionalista si es que no son directamente independentistas. La izquierda del Estado español, en cambio, salvo algunas excepciones, ha venido sosteniendo ser «no nacionalista» y mucho menos en el sentido del nacionalismo de casta, tradicional, cuya última manifestación fue el franquismo.

 IZQUIERDA ESPAÑOLA Y LA SIEMPRE  MISMA CONTRADICCIÓN PARA RESOLVER   

  Siempre he dicho que la izquierda española tiene un problema con las nacionalidades. 

Se aferra a una idea de la España histórica creada a través de errores y exageraciones y manipulaciones  de los  hechos y mitos de los pueblos que les precedieron antes en el tiempo y de la que la historia española se apropia como suya, sin ningún pudor, historias de epopeyas constantemente relatadas  machaconamente s en esa historia inventada por los historiadores del Reino. 

El sustrato de la idea de nación era necesario crearlo a través de una lectura común de identidad que cuajase la idea de pertenencia a una nación, bajo un mismo escudo y una sola bandera, al igual que una misma religión.

 Un hecho que se fue cuajando desde los Reyes Católicos, hasta exacerbarse en el franquismo. 

Y es que ésta idea de la España "Histórica" ha cuajado tan hondo en las mentes de los habitantes de la vieja Castilla, Reino de León y Asturias al principio y que luego se hizo extensa al resto del territorio que es difícil deshacerse del paradigma o de la mochila histórica inventada de la que nos ataron las mentes desde nuestros primeros pasos en la enseñanza. 

Una nación se compone de individuos que hablan un idioma común desde sus propios orígenes del tiempo y que han pertenecido siempre a un territorio común, tienen una cultura común y también tienen características “Etnicas” comunes.  

  Definición de Nación “Conjunto de personas de un mismo origen étnico que comparten vínculos históricos, culturales, religiosos, etc., tienen conciencia de pertenecer a un mismo pueblo o comunidad, y generalmente hablan el mismo idioma y comparten un territorio”  otra definición más moderna “Comunidad social con una organización política común y un territorio y órganos de gobierno propios, que es soberana e independiente políticamente de otras comunidades” 

 ¿Cuándo y cómo nació el castellano? 

Al finalizar el siglo XIV, el castellano es la lengua más usada en España. Según parece, el castellano nació en la parte norte de Castilla, en una zona comprendida entre Cantabria y Burgos. ... 

El latín fue la lengua de los romanos. 

El francés, el inglés y el ruso son lenguas romances”  

 En el caso de España eso no se ha dado nunca.

 El castellano no es el idioma común de toda la península desde tiempos remotos, además proviene de lenguas romances teniendo de base el Latín, con influencias  sobre todo de las lenguas que nacieron en el territorio ibérico como el euskera y con raíces de lenguas anteriores celticas e ibéricas, germánicas y árabes,  solo lleva 600/700 años de historia aunque hay historiadores que tratan de demostrar que el “Chapurriau” que se hablaba en Castilla en los siglos anteriores (Año 500 d.C.) se le podía llamar español.

 “La creación de un idioma español estandarizado basado en el dialecto castellano comenzó en el año 1200 con el rey Alfonso X, quien fue llamado el rey-erudito de Castilla y León. 

Él y su corte de eruditos adoptaron la ciudad de Toledo, un centro cultural en la planicie central, como la base de sus actividades. Ahí, los eruditos escribieron obras originales en castellano y tradujeron historias, crónicas y obras científicas, jurídicas y literarias de otros idiomas (principalmente de latín, griego y árabe.) 

En efecto, este esfuerzo histórico de traducción fue un vehículo importante para la diseminación del conocimiento en la Europa occidental antigua. Alfonso X también adoptó el castellano para el trabajo administrativo y todos los documentos y decretos oficiales” 

 . El castellano viejo escrito con unas normas (Alfonso el Sabio fue pionero)  nació mucho más tarde (El 18 de agosto de 1492 se publicó la primera Gramática Castellana de Antonio de Lebrija) y a partir de este hecho se hace plenamente oficial en el Reino de Castilla con normas gramaticales y reglas de oración al escribir en ésta lengua)  fue impuesta por la corona de Castilla a los diferentes reinos y pueblos a través de oleadas sucesivas de guerras y conquistas en el territorio ibérico contra los “Árabes” y el Islam, después incluso contra los mismos pueblos naturales (como Navarra, Catalunya, Galicia, etc.) 

Aunque en estas regiones del Sur y en otros del norte ya se hablaba una lengua romance con características dialectales propias desde antes y castellano antiguo mas tarde. El castellano también es una lengua romance proveniente del latín vulgar y a su vez, el latín es una lengua Indoeuropea. 

 El castellano fue imponiéndose por la fuerza al final por razones necesarias obligadas por relaciones  económicas de todos los pueblos que habitan ésta península y que dieron el nombre de “nación” española, exceptuando a Portugal..

 Este concepto imperialista de nación, perdura aún en la izquierda desde el nacimiento de ésta en el siglo XIX, aún les queda para resolver esta contradicción y aceptar de una vez por todas que los pueblos que componen la llamada España no son iguales ni conforman una nación desde su formación, ni tienen raíces históricas comunes de pueblo  (Excepto por la fuerza de las armas) y que los pueblos que  deseen emanciparse  tienen derecho a autodeterminarse y elegir su propio destino.

 La izquierda española y los nacionalismos





miércoles, 18 de mayo de 2022

Somalia eligió un nuevo presidente ayer.

 


Somalia eligió un nuevo presidente ayer.

 Hoy el gobierno de Biden anunció un despliegue de cientos de tropas en Somalia. 

En los medios solo se habla de “invasión rusa”, pero en las próximas horas EEUU invadirá Somalia.

 Ésta invasión, será aceptada.



domingo, 17 de octubre de 2021

Todo vísceras


Todo vísceras

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Uno.– Una noche de enero de 1938 paseaba Beckett, acompañado de unos amigos, por las animadas calles de París, cuando se cruzó con un desconocido, un proxeneta que le ofreció plan con una de sus pupilas, y luego, sin más, le asestó una puñalada. Al poco, lograron detener al fulano. Cuando Beckett salió del hospital y se encontraba ya completamente recuperado, pidió visitar al homicida. Fue a la cárcel y habló con él… No nos conocemos –le dijo–.

 Si me hubieras pedido dinero, te lo hubiera dado, tenía suficiente.

 La navaja entró rozando el corazón, podía haber muerto, ¿por qué lo hiciste? El sujeto le respondió que no tenía ni idea, que no había ninguna razón o motivo, y se disculpó por el hecho. Este percance, triste y absurdo, influiría en el desarrollo de la obra literaria del escritor irlandés Samuel Beckett (1906-1989).  

Dos.– La noche del sábado 28 de agosto de este año, un vigilante de seguridad (que carece de permiso de armas) paseaba por las calles de Garrido (popular barrio de Salamanca) hasta que se encontró con tres personas en una terraza: una pareja (hombre y mujer) y una amiga de ambos. El tipo se fijó en ellas (sobre todo, en la mujer con pareja) y trató de entablar conversación con estas; lo rechazaron, pero él insistió en invitarlas a una consumición. Al final, el camarero le pidió que dejara de molestarlas.


 Cuando se levantaron, el vigilante de seguridad esperó y después les siguió a distancia prudencial. La pareja dejó a su amiga en casa y prosiguieron su camino. Poco después, recibieron varios disparos por la espalda; cayeron al suelo y siguieron recibiendo disparos. Él, de 51 años, ha fallecido; ella, de 53, se encuentra muy grave. El atacante, de 32 años y que se halla en prisión provisional, carece de antecedentes policiales (excepto una pelea hace 10 años) y no guarda ninguna relación con las víctimas. Disparó a matar porque, sencillamente, no le habían hecho caso.

  Tres.– Ya ves, compañero de duelos y quebrantos, no hace falta sentir ningún dolor o molestia, no es preciso notar un bultito, aquí o allá, que haga presagiar un canceroso desenlace. Es indiferente que seas buena o mala persona (y tampoco importa el currículum). El día menos pensado te topas con un tipo al que se le cruzan los cables y, al precio que va la luz, lo pagas bien caro, ¿eh? O, simplemente, vas por la calle, te cae una maceta en la cabeza y te quedas para criar malvas. 

Y no es una exageración; acuérdate, si no, de Esquilo, que le cayó una tortuga del cielo, y ahí tieso se quedó el trágico dramaturgo (nada, que un águila listilla confundió su portentosa calva con una dura roca y soltó la tortuga que portaba en las garras, para romper el caparazón y podérsela comer). Conque si se te ocurre marcharte de vacaciones a una isla paradisíaca, ojo con las palmeras, no te vaya a caer un coco, ¿hm?

  Cuatro.– Entrevista en Catorze. Cultura viva al neurólogo y psiquiatra Joaquim Jubert, un lúcido referente de nuestra cultura, en agosto de este año (traduzco del catalán): 

 Gemma Ventura Farré. 

 Cuando pienso eso que dices [somos un manojo de células que estamos aquí por pura casualidad], es cuando me resulta más fácil decidir. 

 J. Jubert. 

 Claro, porque eres libre, no estás condicionada. Si quieres ser libre, actúa como si ya estuvieras muerto. Y mientras aún sigas vivo, evita el sufrimiento inútil. Ponte al otro lado y di: tanto si sufro como si no, me moriré igualmente, así que no es preciso que sufra. 

 G.   Yo hago el ejercicio antes. Me imagino con 70 años diciéndome: hazlo, no pasa nada.  

J.   Mira, yo hago una cosa conmigo mismo y con los pacientes, despliego un metro de papel y, por ejemplo, si lo hiciera contigo te preguntaría: ¿cuántos años tienes?  

G.  Treinta. 

 J.  Cortaría hasta el centímetro treinta. ¿Ves el trozo vivido? Del cero al treinta ya lo puedes tirar. ¿Hasta cuándo crees que vivirás?  

G.  Setenta y cinco.  J.  

Pues corta el trozo que va del 30 al 75. De lo que te queda, ¿qué coño quieres hacer? Guárdate el metro en la cartera, al lado del DNI y cada año corta un centímetro. Mi metro ya no lo llevo porque lo he agotado: me fijé que viviría hasta los 82 y he cumplido 83; por tanto, ya estoy muerto. [Ahora, lo que vivo es un regalo.]


 


lunes, 17 de mayo de 2021

Cuando empezó la reconstrucción alemana, nadie recordaba haber votado o aplaudido a Hitler.

 Cuando empezó la reconstrucción alemana, nadie recordaba haber votado o aplaudido a Hitler.

Equivalencias y equidistancias 

 

Escribía Manuel Vicent en El País recientemente y reflexionaba sobre la equidistancia y la vida cotidiana

 

 Tenía razón, uno no sabe si su panadero es de extrema derecha, si el fontanero es rojo, si el cura es del PP, si el camarero que nos sirve la caña o la cena es de extrema izquierda o un nazi, unos son creyentes, otros ateos o lo que sea. Y así convivimos, sin preguntarnos lo que somos. 

 

Esto viene de antiguo. En la Sevilla del siglo XII, algo así como un juez, en todo caso, una alta autoridad de los tiempos de gobierno musulmán, publicaba el Tratado de Ibn Abdun, que así lo conocemos hoy. 

 

En aquel Tratado, una especie de ordenanza o regla de comportamiento ciudadano, se prohibía a los musulmanes dar masajes a cristianos y judíos, atender sus caballerías, se prohibía a los barqueros transportar a los menos creyentes a Triana a beber vino o a traer vino de Triana. 

 

También, entre otras cosas, se prohibía tañer las campanas de las iglesias y a las mujeres musulmanas se les impedía acudir a las iglesias solas, por el temor a los curas que se suponían célibes pero sin perder la afición. A estos se les pedía que se casaran. 

 

Por supuesto que ni los barqueros, ni los taberneros trianeros, las mujeres, los curas, los masajistas se preguntaban quiénes eran los otros o se hacían los locos. Vendían y bebían vino, daban masajes y los recibían, los barqueros hacían su agosto sin meterse en líos, los curas hacían lo que podían y así se pasaba la vida. 

 

Se convivía. Luego llegaron los cristianos. Aun así, los reyes cristianos tenían a cargo de su tesoro a almorajifes judíos; con ellos, los mejores, se hacían ricos y los almojarifes, de camino, también. A veces les costaba el pescuezo. 

 

También tenían a su servicio a los mejores alarifes mudéjares para construir sus palacios y los de los cristianos ricos e iglesias para los curas. Para nada valía la condición de judío o musulmán. 

 

Ya nadie conocía a nadie, ni a su panadero ni a su tabernero, ni al médico, ni al masajista, la convivencia que traía equivalencia se transformó en equidistancia. Las víctimas se quedaron solas

 

Hasta que un día todo se truncó. El Arcediano de Écija comenzó el Progromo de Sevilla de 1391 –se extendió–, que costó la vida a miles de sevillanos judíos con la complicidad o, al menos, inacción del resto de la población. Luego vinieron las expulsiones: primero de judíos, luego de moriscos y la temida Inquisición. 

 

Y ya nadie conocía a nadie, ni a su panadero ni a su tabernero, ni al médico, ni al masajista, la convivencia que traía equivalencia se transformó en equidistancia. Las víctimas se quedaron solas. 

 

En la noche de los Cristales Rotos, los alemanes tampoco apenas notaron nada. Era pronto, decían luego. Los judíos que durante siglos habían pasado inadvertidos por su integración pasaron a ser muy visibles, la equidistancia también y la convivencia se transformó en odio.

 

De los Cristales Rotos, las tiendas, negocios y librerías asaltadas y las dignidades rotas, con convivientes equidistantes, se pasó a los campos de exterminio. Aquellos vecinos, panaderos, fontaneros, médicos, cirujanos, libreros, barqueros, masajistas, curas o rabinos pasaron de no ser conocidos ni notados a visualizarse, señalados, estigmatizados, exterminados. 

 

Cuando empezó la reconstrucción alemana y muchos de los acomodados del régimen nazi ya habían huido o se habían disfrazado de equivalentes, los alemanes que se quedaron perdieron la memoria

 

Cuando terminó la II Guerra Mundial y los aliados llegaron al primer campo de exterminio, las autoridades militares aliadas se empeñaron en que aquel horror fuera fotografiado, grabado. Sabían, como ocurrió, que después de la equidistancia venía el negacionismo. Gracias a ello, hoy conocemos la maldad nazi. 

 

Además de las fotos y películas, los americanos hicieron desfilar a los vecinos alemanes de los pueblos cercanos ante los montones de cadáveres y los pocos que quedaron vivos, respirando aún el fétido olor de la muerte chamuscada o gaseada. 

 

Cuando empezó la reconstrucción alemana y muchos de los acomodados del régimen nazi ya habían huido o se habían disfrazado de equivalentes, los alemanes que se quedaron perdieron la memoria. Nadie recordaba haber votado a Adolf Hitler en aquellas elecciones que ganó en 1933 ni de haberlo aplaudido en sus desfiles y mítines patrióticos. 

 

Nadie recordaba haber tenido un vecino judío, gitano, homosexual, tullido o combatiente demócrata exterminado. En aquellos tiempos, la equidistancia y equivalencia se pudo visualizar como lo que fue, una auténtica cobardía.

 

 

jueves, 1 de abril de 2021

"El olor a anciano empieza a los 30 años" y otros titulares edadistas en los medios de comunicación

 

Titulares edadistas
 

 

"El olor a anciano empieza a los 30 años" y otros titulares edadistas en los medios de comunicación

 

Los mayores aparecen infrarrepresentados o estereotipados y su imagen es peyorativa o paternalista

 

El edadismo o discriminación por razón de edad se ha convertido en una de las tres grandes formas de discriminación de nuestra sociedad, por detrás del racismo y el sexismo. Hay muchos mitos sobre las personas mayores profundamente enraizados en la sociedad que no se corresponden con la realidad, pero que encuentran difusión en los medios de comunicación, donde, en muchas ocasiones, están infrarrepresentados, mal presentados o estereotipados.

 

"Apelativos tales como viejos, ancianos, dependientes o pasivos trasladan estereotipos que se traducen en comportamientos discriminatorios que vulneran los derechos de las personas mayores.

 

 Este es un círculo vicioso que aumenta el riesgo de exclusión social ", explican desde la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP) en el informe Mayores y medios de comunicación, donde dejan claro que para comunicar adecuadamente la situación de los mayores habría que mostrar "las diferentes circunstancias a las que se enfrentan, vinculadas a aspectos económicos, sociales y culturales".

 

El 91% de los periodistas considera que los mayores no están suficientemente presentes en los medios en relación con su creciente posición económica y peso demográfico. Además, para el 85%, su imagen mediática no es ajustada a su realidad, y el 82% la ve peyorativa, paternalista o sensacionalista, según un estudio realizado entre periodistas españoles especializados, publicado la revista científica internacional El Profesional de la Información.

 

UDP analiza cuándo son noticia las personas mayores y concluye que esto ocurre "cuando son víctimas de algún suceso, cuando se habla de soledad, de pensiones o sobre los avances en alguna enfermedad". "Lo hacen a través de imágenes y denominaciones estereotipadas y con una connotación negativa, que no refleja la enorme diversidad de las situaciones vitales que experimentan. 

 

Igualmente, no se pone en valor el aporte que los mayores realizan en sus entornos, y en la ayuda que prestan a las familias, fundamentalmente en el cuidado de nietos y nietas y en el apoyo económico que dan en tiempo de dificultad", consideran.

 

Titulares edadistas
 

 

"El incremento de personas longevas se presenta, cada vez más, como un problema, como una carga para la sociedad a pesar de que las organizaciones y movimientos de mayores y diversos organismos internacionales insisten en señalar que las personas mayores no son el problema, sino parte de la solución. Que en lugar de ser una carga pueden ser un recurso", añaden.

 

Titulares edadistas
 

 

Elegir fotografías para ilustrar noticias de mayores en las que aparecen tristes o sentados en bancos o incurrir en generalizaciones como llamar abuelos a todos los mayores, tengan o no esa relación de parentesco con alguien, son algunos ejemplos de ese edadismo inconsciente que en ocasiones encontramos en los medios de comunicación y que puede apreciarse en titulares como estos:

 

Titulares edadistas

 

Titulares edadistas

 

Precisamente hace unas semanas Antena 3 Noticias fue muy criticado en las redes sociales por este asuntoMatías Prats tuvo que pedir disculpas después de que al hablar sobre las vacunas contra el coronavirus, para representar a los mayores de 55 años, se utilizara el icono de una persona con un bastón.

 

Matías Prats pide perdón por el icono de mayores de 55

 

Guía para referirse a los mayores

 

UDP dispone, en este sentido, de una guía sobre el uso del lenguaje frente al edadismo y los estereotipos. En ella se dan una serie de recomendaciones a la hora de comunicar y de hablar de los mayores:

 

- Términos correctos: Mayores, personas mayores y personas de edad avanzada. Son términos objetivos, en los que no hay carga ni valoraciones de ningún tipo.

 

- No se debe usar: Viejos, ancianos, pasivos, cargas... Son términos peyorativos y cargados de prejuicios, que no responden a la realidad de la mayoría de las personas mayores. Tampoco términos obsoletos como asilos. El término correcto es residencias o centros residenciales para personas mayores.

 

- Términos adecuados…pero insuficientes: Jubilados/as es un término adecuado pero insuficiente, puesto que abarca sólo a quienes han alcanzado la edad legal para dejar de trabajar, que no son necesariamente personas mayores.

 

 Igualmente, abuelos/as no representa a todas las personas mayores, sino sólo a una relación de parentesco. Puede tener además connotaciones paternalistas.

 

Uso del lenguaje frente al edadismo 

 

- No emplear términos de propiedad: No digamos “nuestros mayores”. 

 

- Evitar errores en el lenguaje de género. Es muy habitual que se utilice el plural masculino para referirse a un colectivo o grupo de personas. 

 

- No generalizar: Es mejor decir “Una parte de las personas mayores". Algunas, parte del colectivo, un porcentaje…

 

- Resaltar los aspectos positivos, una vida llena de experiencia y no centrarse en detalles e imágenes estereotipadas.

 

- Son fuente de información a consultar: Es importante darles visibilidad y que sean fuente directa de información y de opinión. Al informar de temas de salud, cuidados o dependencia, tomarles como referencia informativa y no sólo a sus cuidadores o familiares. Informar sobre ellos, con ellos.

 

 

 


 

¿Adónde vas mundo?

 

 Macron, Putin y Merkel en una fotografía de 2017.

 

¿Adónde vas mundo?

 

Pequeño optimismo enmarcado en una enorme cautela, despierta la videoconferencia sostenida este 30 de marzo entre el presidente de Rusia, Vladímir Putin y su homólogo francés, Emmanuel Macron, así como la canciller alemana Ángela Merkel. Que se hayan referido a la posibilidad de unir esfuerzos para enfrentar la COVID-19, resulta, por sí solo, un estimulante resultado que se calza con la perspectiva de registrar y producir en Europa la  Sputnik V, vacuna hasta el momento desdeñada en algunas capitales del Viejo Continente, bajo el absurdo de que le sirve a Moscú como exponente político.

 

Cuando el contagio se extiende de forma alarmante y los perjuicios económicos tras un año de pandemia se acumulan, surgen imponderables (el incumpliendo de grandes farmacéuticas con respecto a los contratos pactados por la Unión Europea con ellas) y situaciones irregulares como que el Reino Unido tiene inmunizado al 30% de su población y el resto de sus antiguos socios no llega al 10%, aunque se hayan preocupado por  procurar el freno a la enfermedad. La urgencia parece haber derribado algún muro de malquerencia infundada.

 

En ese mismo tercer mes del 2021, se había registrado un hecho que da idea del encono con el cual se aprecian y enfocan las relaciones internacionales pese a la alta necesidad de remover caminos y enlazar voluntades.

 

Semejante a los cumpleaños que no reciben cotejo ni lisonja,  aparecía el llamado de Rusia y China a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, convocando a trabajar con urgencia en el fortalecimiento de la confianza mutua y la  salvaguarda del orden internacional, con base en las leyes existentes. "El mundo ha entrado en un período de cambio turbulento"-plantea el comunicado conjunto, acentuando, que la actual pandemia, la crisis que genera, acelera procesos y tendencias, agudizando turbias situaciones, entre ellas un desequilibrio en "el sistema de gobernanza global” no solo por su impacto en el desarrollo económico, pues coincide o precipita "nuevas amenazas y desafíos globales de manera continua".

 

El texto, su alarmado contenido, fue divulgado el martes 23 de marzo, al concluir una visita del canciller ruso Serguéi Lavrov a China  tras conversaciones con su homólogo Wang Yi. Ambos remarcaron que si bien la democracia es "uno de los logros del desarrollo humano", no existe un solo modelo y es inadmisible "la injerencia en asuntos internos de estados soberanos so pretexto de promoverla".

 

"El desarrollo de las relaciones entre China y Rusia no apunta a ningún otro país. No somos como otros países a los que les gusta montar camarillas donde se conspira tácitamente", así afirma el acuerdo final de la cita en Geilin, ocurrida luego de las conversaciones sino-norteamericanas en Anchorage, Alaska, reflejadas por los enviados especiales de la prensa mundial como un acontecimiento más huraño que amable, pese a las declaraciones al término, cuando las partes parecieran referirse a respeto y positividad en las pláticas, deseándolo pero sin lograrlas. Ese acontecimiento y la cita de Sergue Lavrov con el también canciller chino ocurre, además, tras fuertes expresiones de la administración norteamericana contra Rusia, desde donde respondieron con irónica acritud.

 

Sobre la errónea práctica dominante que provoca un ambiente enrarecido de modo absurdo, el analista y diplomático hindú  M. K. Bhadrakumar, alega: “Los estrategas americanos continúan ignorando la perspectiva de una alianza entre Rusia y China. Asumen alegremente que es posible contener y erosionar gradualmente a ambos países vía sanciones, restricciones comerciales, financieras, de inversiones y tecnología, y, simultáneamente, abatiendo su estabilidad interna con el financiamiento de la oposición a sus regímenes y adoctrinando en medios de guerra informativa a elementos pro occidentales”.

 

El enfoque resume de forma magistral una praxis de EE.UU. con malsano impulso bajo el gobierno Trump, al forzar el deterioro en la esfera comercial, con lesiones en los vínculos preexistentes entre productores y empresas  chinas y estadounidenses, tejidas en el tiempo por conveniencia y voluntad de ambos. Desde etapas anteriores se vislumbró una especie de competencia ofuscada que llevó a Hilary Clinton, siendo secretaria de estado, a plantear una “ruta de la seda” norteamericana en contraposición al magno proyecto ya  muy avanzado por China.

 

Ídem con respecto a evitar que Rusia continuara encumbrándose una vez recuperado su destruido aparato militar y ganado un desarrollo económico de suficiencia, al tiempo que se estaba proyectando, notablemente, con su exitosa ayuda a Siria, para vencer al Daesh. Mérito que a Donald le gustaba auto atribuirse.

 

Siempre hubo y casi seguro existirán diferencias entre áreas geográficas y estados, pero eso no impidió ni tiene motivos suficientes para malograr relaciones sobre los grandes problemas, la paz, el desarrollo,  muy difíciles o improbables si no hay puntos de contacto básicos y un razonable entendimiento que capacite un orden internacionalmente multipolar más justo, democrático y proporcionado.

 

Para que algo de ese cariz se obtenga. Estados Unidos y en gran medida Europa, tiene que adaptarse a las transformaciones operadas en quienes se tienen como adversarios repudiables, pero mejor pudieran ser eficaces compañeros de viaje en tiempos tan interdependientes. 

 

Esos a los cuales percibe Occidente como enemigos –según se afirma en la estrategia de seguridad norteamericana, tanto de la anterior administración como de la actual- están en capacidad de favorecer grandes objetivos mundiales si en lugar de confrontaciones se concitara la cooperación.

 

En los años de postguerra  la economía norteamericana emergió fortalecida del destructivo evento mundial, con 40% del PIB planetario, pero en este momento ese rating descendió al 15%, mientras colosos como China y la India, ascendieron portentosamente y el gigante asiático, en particular, ya supera en varios renglones a los estadunidenses. 

 

Rusia también demostró ser capaz de recuperarse y tanto es de ese modo que los castigos económicos impuestos desde el 2014  se han estado esfumando gradualmente y hoy se constata un fortalecimiento en la estabilidad financiera y logros en sectores algo rezagados como el agrícola, que en este instante permiten cubrir la demanda interna y registrarse en calidad de exportador neto de alimentos en el 2020, etapa durante la cual consiguieron colocarse por encima de Arabia Saudita en lo referido a suministro de petróleo a  los mismísimos EE.UU.

 

La República Popular China, lleva decenios asombrando por su estabilidad en un constante y ancho crecimiento, sumado a un desarrollo tecnológico de alto vuelo. Tienen un sistema defensivo a tener en cuenta, propulsado por la presencia injustificada de gran parte de las fuerzas aeronavales estadounidenses en el Mar de China Meridional.

 

Parafraseando a algunos analistas bien enterados, desde  1972, cuando  Richard Nixon acepta el plan de Kissinger procurando un acercamiento interesado con China, para presionar a la URSS, ha llovido mucho y se ha sembrado y crecido asaz. Pareciera que los calificativos gruesos del secretario de estado Anthony Blinken y otros, indican que se desea separación sin probar recursos de mayor lustre.

 

Con Rusia otro tanto, permitiendo suponer que hay algo o bastante de codicia al constatar los avances de las dos potencias. Cuando Donald Trump amenazó a las empresas europeas participantes en el gasoducto Nord Sgtream 2, se dedujo que su visión de comerciante se estaba proyectando en política exterior. Pero no, la hipótesis de que se debe comprar gas de esquisto norteamericano y no concluir una obra casi concluida, dejarla inoperante como si fuera un juguete, se mantiene en activo.

 

Alemania, que es una de las naciones con mayor empeño en ese suministro de energético más barato, cercano y fiable, negocio del cual participa profusamente, se ve en  apuros para desobedecer a Washington, de donde provienen muchas órdenes y escasos vectores de generosidad.

 

Por eso, la trascendencia del encuentro virtual entre la Merkel, Macron y Putin. Si no solo se limitan al aspecto retórico de las determinaciones expuestas habrá una evidencia de que es preferible el entendimiento que la confrontación. Será más fácil dilucidar el asunto del SarCov2 y, valga citarlo, el entuerto con respecto a Irán y el pacto nuclear abandonado por la Casa Blanca.

 

Y no serán las únicas cuestiones a dilucidar buenamente, incluso si solo les asiste el más barato pragmatismo, porque el  intento de seguir dominando la economía y la política global, imponiéndose a todos, en todas partes es, cada vez, menos recomendable.

 

 

Por: Elsa Claro    Periodista cubana especializada en temas internacionales.
 
 
 
 

 

miércoles, 31 de marzo de 2021

Esta cafetería en París usa osos gigantes para que sus clientes respeten el distanciamiento social

 

Esta cafetería en París usa osos gigantes para que sus clientes respeten el distanciamiento social

Desde hace ya un tiempo, los restaurantes, bares y más lugares destinados al entretenimiento, han estado implementando una serie de medidas para lograr que una mayor cantidad de personas acuda al lugar, sin temor a contagiarse de coronavirus. Esto, incluye poner osos de peluche gigantes en sus sillas para asegurarse de que se está respetando el distanciamiento,

 

Estos lugares se han visto obligados a permanecer cerrados durante meses y ahora, están tratando de poner en marcha sus negocios para recuperar lo perdido. Gracias a la idea de poner osos de peluches, esta cafetería en París, ha vuelto a recibir tantos comensales como lo hacía antes de la pandemia y los dueños están felices.

 

Si bien, distintos lugares han implementado diferentes métodos para asegurar que se cumpla el distanciamiento entre las personas que acuden a comer o tomar un aperitivo, esta cafetería se destaca por llevar a cabo una de las ideas más originales y adorables. 

 

Distanciamiento social y osos de peluche gigantes: la ocurrente estrategia  de un bar en México - LA NACION

 

Un café en París, con osos de peluche gigantes:

 

Como podemos apreciar en la imagen compartida a través de la red social Twitter, el café sobresale de entre los demás por la genial idea que no pasa desapercibida.

 

Usan Peluches gigantes para marcar “Sana distancia” – Chihuahua Noticias

 

Cada oso de peluche es lo suficientemente grande como para ocupar una silla por completo y esto, nos da la seguridad de que los demás comensales podrán mantener una distancia mayor a un metro, que es la distancia recomendada en Francia para evitar los contagios.

 

Café en París utiliza osos de peluche gigantes para asegurar el distanciamiento  social – Nation

 

Según los usuarios de las redes sociales, este café parisino no es el único que emplea los servicios de osos de peluche para mantener a todos a salvo y en realidad se está convirtiendo en una tendencia.

 

¿Qué te parece esta iniciativa?

 

 

Esta cafetería en París usa osos gigantes para que sus clientes respeten el distanciamiento social

 

 

 


 

miércoles, 24 de marzo de 2021

La furia de una superpotencia en declive

 

 

La furia de una superpotencia en declive  

 

Graham E. Fuller

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 El liderazgo de EEUU ha debido establecer un nuevo tipo de récord en lo que se refiere a insultar a los líderes de las otras dos grandes potencias mundiales, con 48 horas de diferencia entre sí, en estos primeros días de política exterior de la administración Biden. Casi como si fueran graduados de "La Encantadora Escuela de Donald Trump".   

 

Es simplemente sorprendente que, al inicio de una nueva etapa de relaciones con Rusia, el presidente Biden tilde de "asesino" y "carente de alma" a Vladimir Putin.  

 

 Es igualmente asombroso que se haya elegido un momento de apertura importante en nuestra delicada relación con China para emplear un lenguaje despectivo. ¿Creía Blinken que hacer alarde de testosterona en la primera reunión de alto nivel con los líderes de política exterior de Beijing ayudaría a lograr los objetivos diplomáticos que Washington persigue?

 

 Uno se pregunta a quién intentaba impresionar el secretario de Estado: ¿A Pekín, o un determinado público estadounidense? 

 

  Sin duda, Estados Unidos tiene sus propias demandas hacia China, y viceversa. Pero este lenguaje insultante y acusador es inmaduro y contraproducente de cara a las futuras relaciones entre Estados Unidos y China y, en consecuencia, con China y Rusia.

 

   ¿Y qué mensaje envía este comportamiento a otros líderes mundiales? Plantea serias dudas sobre el profesionalismo y la visión de liderazgo de la nueva administración respecto a si Washington es realmente responsable o está capacitado para ejercer el “liderazgo global” que se atribuye incesantemente. 

 

  Que tanto el presidente de los Estados Unidos como su secretario de Estado hayan elegido tan pésimos enfoques respecto a Rusia y China, hará que muchos otros países se muestren ciertamente reacios a adherirse al estadounidense concepto y estilo de liderazgo global. 

 

  El grado de hipocresía acerca del "matar" o de las "injerencias extranjeras" es igualmente perturbador, si no miope. Las políticas estadounidenses durante los últimos 20 años o más, han demostrado una manifiesta disposición a matar, en grandes cantidades, en un esfuerzo fallido por lograr objetivos políticos que han fracasado estrepitosamente en casi todos los casos.  

 

 Considérense los cientos de miles de civiles iraquíes, sirios, somalíes, libios, iraníes, afganos y paquistaníes que son considerados como poco más que "daños colaterales" en las constantes intervenciones militares estadounidenses. Sin mencionar los asesinatos de funcionarios extranjeros de alto nivel, como el general iraní Qassem Soleimani, el funcionario público más estimado de Irán.  

 

 Sin vergüenza alguna ni rubor, Antony Blinken manifiesta que Estados Unidos defiende "el imperio global de la ley", en el autoengaño o la creencia de que tal es el caso. De hecho, Washington siempre ha esperado el apoyo de otros países al estado de derecho internacional, aunque eximiendo a buenos amigos como Israel y Arabia Saudita. Estados Unidos defiende invariablemente su propio "excepcionalismo" al no firmar, deliberadamente, el derecho internacional cuando conviene a sus intereses. 

 

Eso incluye asesinatos en el extranjero y el inicio de varias guerras sin autorización a nivel internacional, provocando “revoluciones de color” y negándose a ratificar las Convenciones de la ONU sobre el Derecho Marítimo, los Derechos del Niño o acatar las sentencias adversas de la Corte Internacional de Justicia. 

 

Por ello, es difícil entender cómo Blinken puede sentirse cómodo al sermonear a China sobre sus faltas internas, en un momento en el que la democracia y la política social de Estados Unidos nunca se mostraron tan dañadas ante el mundo. 

 

  Tal fariseísmo por parte de la administración estadounidense muestra una notable falta de seriedad y honestidad sobre la historia y conducta de Estados Unidos. O, lo que es más inquietante, sugiere que Washington carece por completo de la capacidad de reflexión y autocrítica.   

 

Al final, este inicial encuentro diplomático de alto nivel es quizás lo más angustioso, dadas las grandes esperanzas que muchos estadounidenses tenían de que muchos de sus problemas desaparecerían con la partida de Donald Trump, en lugar de emprender un examen en profundidad, necesariamente doloroso, de los defectos inherentes asentados dentro del sistema estadounidense. 

 

  Quizás me equivoque al hacer estas duras observaciones. Tal vez, mostrarse fiero, con todas las armas cargadas, al estilo de los vaqueros de Hollywood en estos primeros enfrentamientos públicos, hará que Moscú y Pekín se lo piensen e incluso retrocedan un poco.

 

 Pero lo dudo. Me temo que estos dos eventos vinculados simplemente clavan algunos clavos más en el ataúd de las preciadas aspiraciones estadounidenses de liderazgo y dominio global. En ese caso, podemos ser nuestro enemigo más peligroso si seguimos mirando con nostalgia la ex-hegemonía estadounidense. 

 

Para bien o para mal, ese dominio global es, cada vez más, cosa del pasado. Representa un fracaso el no reconocer las peculiares circunstancias por las cuales Estados Unidos jugó un papel global importante inmediatamente después de la terrible experiencia de la Segunda Guerra Mundial, tras el colapso de Europa, Japón y China. 

 

Naturalmente, esas condiciones no volverán, lo que significa que Estados Unidos se enfrentará a una realidad futura muy incómoda, para la cual parece estar psicológicamente mal preparado. 

 

  Este país tiene, en efecto, algunos motivos para enorgullecerse de su propio e imperfecto orden democrático. Ningún orden democrático es perfecto. Sin embargo, ¿cuánto habremos de reflexionar para reconocer lo que el Partido Comunista Chino ha logrado en los últimos treinta años? 

 

¿Qué es más digno, sacar a 500 millones de personas de la pobreza y llevarlas a una vida digna en una sola generación, o es más digno mantener intacto un sistema electoral estadounidense en el que líderes mediocres o funestos ascienden con más facilidad que los valiosos? Tratar de definir qué constituye un buen gobierno en China o en Estados Unidos no es fácil de responder, depende de los propios valores.   

 

En última instancia, es menos probable que las formas chinas de gobernanza evolucionen a mejor, tal como lo han hecho durante más de treinta años, cuando se hacen comparaciones y exigencias insultantes del comportamiento de un competidor, especialmente las referidas en tantos casos a la política interna china, al tiempo que se otorga carta blanca a nuestros amigos duramente autocráticos. 

 

  Estados Unidos es un país que posee extraordinarios dones de creatividad y energía. En este punto, sin embargo, su orden político, socioeconómico y psicológico parece estar languideciendo en la cruz de una búsqueda cuestionable y costosa del dominio militar global total. 

 

  Con suerte, se extraerán algunas lecciones aprendidas de esta temprana incursión, singularmente amateur y emocional, de la administración Biden en la diplomacia de alto nivel de Rusia y China.


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Information Clearing House - 23/03/2021