jueves, 11 de febrero de 2016

La mujer en la camilla




El diputado Coscubiela ha colgado en su web la foto de su madre estirada en la camilla de la ambulancia esperando varias horas, en un desolado pasillo de hospital, que la metan en la cama de una habitación. Más que una foto es la radiografía de nuestra sanidad, en el reciente pasado modélica.





Es una historia que podrían contar miles de usuarios. La anciana madre de Coscubiela (en la foto superior), un pasado de militancia en la izquierda, comprometida en la lucha por los derechos de los ciudadanos en años de dictadura, no se merece, ni ella ni nadie, ese final patético. 


En la larga espera quizá recordó el tiempo en el que tenían un chiringuito en la Barceloneta en el que, cuando su pareja fue despedida del trabajo por reivindicar derechos laborales, la familia se ganaba como podía la vida vendiendo periódicos y escondiendo, antes de que llegase la policía con órdenes de secuestro, las revistas más comprometidas del momento. Luego, llegaría el día en el que el padre del hoy diputado, entonces un niño, se encerró en la parroquia de Sant Medir para fundar Comisiones Obreras.



La historia tiene regusto amargo cuando se pierde la memoria. Pasa aquí y en muchas otras partes. Estoy leyendo un libro magnífico, El fin del homo sovieticus, de la Nobel Svetlana Aleksiévich. Dice, una de sus entrevistadas: “A mí no me acaba de convencer esta nueva vida que nos ha tocado. Nunca podré sentirme a gusto en solitario. A solas. Pero esta vida no para de arrastrarme al barro”.



Gente que salió de la dictadura soñando con un mundo nuevo, más justo y más solidario y hoy es víctima de un capitalismo salvaje en el que prima la cuenta de resultados y no las personas. La anciana de la camilla, como miles de personas, debe pensar lo mismo.



 Al nuevo conseller de Sanitat le pregunto que pensaría su padre, Alfonso Carlos Comín, de esa foto que refleja el estado de la sociedad de a pie.



 http://lamentable.org/la-mujer-en-la-camilla/




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