sábado, 19 de abril de 2014

EL PERDÓN DE UNA MADRE

Al final, la única venganza de la madre fue ésta. Luego vino el perdón.

Todo ocurrió en unos pocos segundos, que a los dos les cambió la vida. En una situación dramática, la madre de Abdollah Hosseinzadeh, que fue apuñalado hasta la muerte siete años atrás, estaba detrás de Balal, el asesino de su hijo, quien, con una soga alrededor de su cuello, iba a morir ahorcado públicamente, como es común en Irán. La mujer, acompañada por su marido, sorprendió a todos los presentes cuando caminó unos pasos para darle una bofetada al joven y luego perdonarle la vida.



El homicida ante lo que parecía su inexorable destino
Abdollah Hosseinzadeh murió apuñalado a los 18 años a manos de Balal en medio de una pelea callejera en la ciudad iraní de Royan. El juicio duró más de seis años y terminó con una condena a muerte en un ahorcamiento público.

En una aplicación de la "sharia" ("ley de la retribución", versión islámica de la "ley del talión"), la familia de la víctima podía participar en la ejecución: debían empujar la silla en la que el condenado estaba de pie, para que la soga terminara con su vida.

 
Abdollah Hosseinzadeh murió apuñalado a los 18 años a manos de Balal en medio de una pelea callejera en la ciudad iraní de Royan. El juicio duró más de seis años y terminó con una condena a muerte en un ahorcamiento público.

En una aplicación de la "sharia" ("ley de la retribución", versión islámica de la "ley del talión"), la familia de la víctima podía participar en la ejecución: debían empujar la silla en la que el condenado estaba de pie, para que la soga terminara con su vida.

Todo parecía listo y el auditorio para el morboso espectáculo, expectante. Sin embargo, según muestra el fotorreportaje de Arash Khamooshi de la agencia semiestatal iraní ISNA, todo cambió cuando la madre de la víctima se acercó al convicto, le dio una bofetada y dijo que lo perdonaba. El padre le retiró la soga y argumentó que creía que Balal no había asesinado a su hijo premeditadamente.






Los padres de la víctima ayudan a liberar al reo.
“Era inexperto e ingenuo y no sabía cómo manejar un cuchillo”, argumentó, según ISNA.

Además, contó que su mujer había tenido un sueño que los había hecho reflexionar. “Hace tres días, mi mujer vio a mi hijo mayor [su hijo menor también murió, en un accidente de moto, y tienen además una hija] en un sueño y le decía que ellos están en un buen lugar, que no se vengara … Esto la calmó y decidimos pensar más hasta el día de la ejecución”.



 
Después del episodio, la madre de Balal abrazó a la madre de la víctima y ambas lloraron desconsoladas.
 
 





 

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